En sus redes sociales, Bolsonaro dijo que Battisti es un "héroe de la izquierda" que vivía de "colonia de vacaciones" en Brasil gracias al Gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) y a aliados como el Partido Socialismo y Libertad (PSOL), el Partido Comunista de Brasil (PCdoB) y el Movimiento de los Sin Tierra (MST).
"Durante años denuncié la protección dada al terrorista, aquí tratado como exiliado político; en las elecciones, firmé el compromiso de mandarlo de vuelta a Italia para que pagara por sus crímenes; la nueva posición de Brasil es un mensaje al mundo: ¡no seremos paraíso de bandidos!", escribió en Twitter el líder ultraderechista.
Durante casi 40 años, Battisti estuvo huido de la Justicia de su país y vivió en Francia y en Brasil, donde el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) le concedió refugio en el año 2009.
La Policía Federal brasileña le buscó en su domicilio habitual en la costa de Sao Paulo (sureste) pero no lo encontró; Battisti había huido de nuevo y fue capturado en enero en Bolivia, siendo rápidamente extraditado a Italia.
Según informaciones de la prensa italiana, Battisti habría confesado a las autoridades su participación en cuatro asesinatos cuando militaba en el grupo Proletarios Armados por el Comunismo, en los años 70.
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Hasta ahora, siempre se confesó inocente y decía ser víctima de una persecución política.