En marzo de 2016 el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) condenó a Karadzic a 40 años de prisión por genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad durante el conflicto de Bosnia y Herzegovina (1992-1995).
El mismo año la defensa de Karadzic presentó la apelación.
"La Cámara de Apelaciones condena a Radovan Karadzic a cadena perpetua", dice el veredicto leído por el juez Vagn Prusse Joensen.
El portavoz adjunto del secretario general de la ONU, Farhan Haq, afirmó que la condena a Karadzic confirma que "la responsabilidad siempre prevalecerá sobre la impunidad".
Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jeremy Hunt, afirmó que "esta decisión envía una señal clara a todos los implicados en los crímenes crueles de que serán obligados a responder por sus acciones y recibirán el castigo correspondiente".
Karadzic fue presidente de la República Srpska entre 1992 y 1996.
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En 1992, la entonces República Socialista de Bosnia y Herzegovina proclamó su independencia de la antigua Yugoslavia, después lo cual se desencadenó una guerra entre musulmanes bosnios, serbios y croatas, que duró hasta 1995.
Uno de los episodios más violentos de la guerra de Bosnia y Herzegovina fue la masacre de Srebrenica, en julio de 1995, cuando en esa ciudad y municipio al este de Bosnia y Herzegovina fueron asesinados más de 7.000 musulmanes.
Tras el fin de la guerra en Bosnia y Herzegovina y las acusaciones presentadas por el TPIY en 1995, Karadzic se escondió de la justicia internacional durante 13 años.
El 21 de julio de 2008 fue detenido en Belgrado y después pasado a La Haya.