Según afirmó, el estilo y el pensamiento del mandatario brasileño ya generó varios roces. "El presidente de la Cámara de Diputados y el presidente del Senado ya anunciaron que no asistirán a la cena que Bolsonaro va a ofrecer a la comunidad política chilena", indicó Santander.
No han sido los únicos en tomar decisiones de este tipo: "Otros parlamentarios y dirigentes políticos que fueron invitados avisaron que no se van a sentar a la mesa con alguien que ofende a las mujeres, a los negros, a los pobres".
"En Prosur parece ser en Brasil donde se genera el principal problema porque cualquier iniciativa que surja desde el sur evidentemente tiene a Brasil como un actor de mucha relevancia y ahora, desde el momento en que Bolsonaro está presente, complica todas las cosas", indicó.
Del mismo modo, sostuvo que su participación "le resta la capacidad de poder continuar una línea que concite el interés de países que tienen una política mucho más amplia y una política exterior mucho más concreta", en relación a la no injerencia en asuntos interno de otros países.
Desde el punto de vista de Grimaldi, para entender el hecho de que Chile sea uno de los principales motores de Prosur, "hay que comprender que [el presidente chileno Sebastián] Piñera es un muy buen hombre de negocios y parece que esta propuesta responde a esa actitud de observar una muy buena oportunidad en un momento en que coinciden presidentes con la orientación ideológica más o menos parecida, desde la centro a derecha más radical".
Por su parte, Santander consideró que "Prosur es parte de un proceso de reconquista imperialista que se echó a andar después de una década de gobiernos progresistas (…) que trata de desmantelar una serie de instancias de coordinación latinoamericana que se había logrado".
Además del presidente locatario y Bolsonaro, se anuncia la presencia del paraguayo Mario Abdo Benítez, del argentino Mauricio Macri, el peruano Martín Vizcarra, el colombiano Iván Duque, y el ecuatoriano Lenín Moreno.
Estos mandatarios dejaron en suspenso o retiraron su participación en la Unasur y formaron el Grupo de Lima para presionar y aislar a Venezuela. Los gobiernos progresistas de Uruguay y Bolivia decidieron mandar representantes de segundo o tercer nivel a la cumbre de este viernes 22, mientras que Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro, directamente no fueron invitados.