"Soy un amigo de EEUU que admira a este país maravilloso", dijo el jefe de Estado brasileño.
Según Bolsonaro, antes de su llegada al Gobierno había en Brasil una "tradición de elegir presidentes de manos dadas con la corrupción y enemigos de EEUU", algo que cambió desde el 1 de enero de este año.
El presidente brasileño y una comitiva de varios ministros están en Washington desde la noche del 17 de marzo.
Este 19 de marzo Bolsonaro se reunirá con su homólogo estadounidense, Donald Trump.
"Tenemos algunos asuntos que estamos trabajando en conjunto, reconociendo, obviamente, la capacidad económica, bélica, entre otras, de EEUU", dijo el mandatario.
El jefe de Estado brasileño añadió que Venezuela "tiene que ser liberado", para lo cual Brasil cuenta "con el apoyo" de Washington.
Bolsonaro confió en que sea cada vez más fuerte la alianza de su país con EEUU y dijo que tanto él como Trump fueron víctimas de "fake news" (noticias falsas), de las que al igual que el mandatario estadounidense, culpó a la prensa.
"Debemos dar gracias a Dios por el cambio de ideología presente hasta hace poco en Brasil (…) queremos un Brasil grande como Trump quiere una América grande", expresó.
Bolsonaro también agradeció a Dios por dos "milagros": haber superado con vida la puñalada que recibió durante la campaña electoral, y haber llegado a la presidencia.
Asimismo, remarcó que el pueblo brasileño es conservador y cristiano, y en ese sentido añadió que su Gobierno no solo relanzará la economía sino que recuperará valores que habían quedado olvidados, como la familia, Dios y la lucha contra lo políticamente correcto y la ideología de género.
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El discurso de Bolsonaro fue precedido por unas breves palabras del ministro de Exteriores, Ernesto Araújo, que aseguró que el líder ultraderechista está reconfigurando la realidad brasileña de forma nunca antes vista.