Cuna de juristas de relevancia internacional, el país austral siempre ha observado la autodeterminación de los pueblos y la no intervención en los asuntos internos de cada Estado. A lo largo de su historia, la Cancillería se ha guiado por algunos principios en esta línea.
Sputnik te resume estas doctrinas para entender por qué causó resquemores en algunos sectores las posturas de la actual administración, que ven con recelo que el Gobierno se aparte de estos lineamientos.
Doctrina Drago
En 1902 la diplomacia argentina intentó colocar un escudo protector contra el intervencionismo de grandes potencias europeas en Venezuela, cuando estalló la crisis en el Gobierno de Cipriano Castro.
Gran Bretaña, Alemania e Italia utilizaron la intervención armada como medio de presión para cobrar la deuda que Venezuela tenía con los bancos de estos países. EEUU había logrado el dominio en el Caribe con Cuba y Puerto Rico, por lo que se estima que también buscaban disputar sus áreas de influencia en los territorios americanos.
Aún así, el Gobierno de EEUU no tomó ninguna acción contra esta arremetida, que desafiaba el control de naciones europeas sobre su área de influencia inmediata.
Luis María Drago, ministro de Relaciones Exteriores de Argentina por aquel entonces, alarmado por los efectos potenciales de esta agresiva intervención conjunta de las grandes potencias en la región, hizo una extensa exposición de la posición del Gobierno argentino frente a los sucesos de Venezuela.
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Según un artículo de La Izquierda Diario, el Canciller argentino alzó su voz contra las acciones conjuntas de Gran Bretaña, Alemania e Italia, por considerar ilegítimo utilizar la fuerza para cobrar obligaciones.
Drago sostuvo que "la deuda pública (de un Estado americano) no puede dar lugar a la intervención armada, ni menos a la ocupación material del suelo de las naciones americanas por una potencia europea". Dicha exposición generó jurisprudencia internacional y fue nombrada luego como Doctrina Drago, según explica el sitio de Relaciones Exteriores de Argentina.
Con este postulado, Drago buscaba oponerse a cualquier intervención militar como la de los países europeos, pero consiguió que el Gobierno estadounidense mediara de manera diplomática para encontrar una solución pacífica.
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Si bien inicialmente rigió para negarse a intervenciones relativas a deudas, luego, recuerda una nota de la Cancillería argentina, "evolucionó como principio general, ello a partir de la experiencia que indica que las intervenciones militares libradas a decisiones unilaterales es uno de los elementos más disruptivos de la seguridad internacional".
Doctrina Calvo
Este principio establece una aplicación más restringida de la Doctrina Drago. La Doctrina Calvo fue denominada así por su autor, el jurista y diplomático uruguayo-argentino Carlos Calvo.
Según el principio de Calvo, quienes viven en un país extranjero deben realizar sus demandas, reclamaciones y quejas sometiéndose a la jurisdicción de los tribunales locales, evitando las presiones diplomáticas o intervenciones armadas de su propio Gobierno.
De esta manera, se evita que Estados extranjeros (y más potentes que otras naciones donde se debían laudar litigios) intercedan en favor de sus nacionales en temas que tienen que ser tratados por la Justicia local.