Por ahora las partes no hablan de la posibilidad de una tercera cumbre, pero teóricamente esto puede pasar en un futuro.
Estados Unidos afirma que los norcoreanos requirieron la retirada completa de las sanciones, mientras Corea del Norte sostiene que solicitó la abolición de una parte de las medidas económicas a cambio de ciertas concesiones en materia de su programa nuclear.
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Por ahora es posible que Corea del Norte pueda introducir ciertas limitaciones a determinadas clases de armas. Asimismo, añadió, uno de los factores determinantes es la posición de la República Popular de China. Washington, por su parte, no es capaz de influir sobre Corea del Norte porque su único socio económico es China, y Pekín ya está cambiando su posición porque se encuentra en un estado de conflicto económico con EEUU.
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A Corea del Norte ya no se le promete ni el endurecimiento de sanciones ni la guerra, manifestó.
Para Kashin, Kim ha fortalecido sus posiciones, mientras Trump socavó las de Estados Unidos. Este último entendió que la política que su país siguió con respecto a Corea del Norte durante décadas fue errónea y necesitaba un nuevo enfoque.
"Ahora los estadounidenses tienen que lidiar con las consecuencias de esta política catastrófica y poco inteligente. El lado fuerte de Corea del Norte es que es capaz de seguir su política pese a cualquier intento de presión. Su intransigencia es precisamente lo que le permitió dialogar con Washington en pie de igualdad", cerró.