'Ejército, Fe y Lengua'. El eslogan que aparece en los carteles propagandísticos del presidente Petró Poroshenko, define su programa para las presidenciales del 31 de marzo.
La impotencia militar nacional quiere ser compensada sin embargo por su sueño de integrar la Alianza Atlántica. Un anhelo compartido por la misma organización militar que, desde la Guerra Fría, tiene como una de sus metas más golosas instalarse en la misma frontera rusa.
Tema relacionado: ¿Cómo reconocer a un ucraniano? Poroshenko lo explica
Ucrania, de la mano de Poroshenko, se ha convertido en el primer país del mundo en inscribir en su Constitución la determinación de obtener la plena pertenencia a la OTAN y a la Unión Europea (UE). Una decisión sorprendente que ilegaliza cualquier opinión disidente sobre el asunto y que impide una votación popular específica.
La cuestión de la lengua viene siendo un argumento recurrente del nacionalismo local y que contribuyó a tensar las relaciones con las regiones rusohablantes del este del país. En 2017, Poroshenko apoyó la decisión de eliminar la lengua rusa de la enseñanza secundaria, pero eso, además de granjearle aún más encono de los rusófonos, le valió también las críticas de otras minorías, como la húngara, que obtuvo el apoyo evidente de Hungría.
El rey del chocolate contra la princesa del gas
Poroshenko opta a la reelección y bajo el lema 'Ejército, Fe y Lengua', quiere ocultar la debacle económica de su mandato. Ucrania es hoy el país más pobre de Europa, según el Fondo Monetario Internacinal (FMI) por debajo de la pequeña Moldavia.
El 'Rey del chocolate' tendrá como uno de sus principales rivales a la 'Princesa del gas', como se conoció en su día a Yulia Timoshenko, que sigue viviendo del recuerdo de haberse autoerigido en icono de la 'Revolución Naranja' de 2004.
También se la recuerda como una de las personalidades que aprovecharon el fin de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania para hacerse con el monopolio de las exportaciones de gas. Del pequeño comercio de vídeos, a princesa del gas, pasando por jefa de gobierno dos veces, presa durante casi tres años por corrupción y recuperada para la política al calor del llamado Euromaidán, que le dio la fuerza para abandonar la silla de ruedas que utilizó fraudulentamente, según sus rivales, para ablandar los frágiles sentimientos de la Europa solidaria.
No te lo pierdas: A cinco años del Euromaidán: ¿a dónde va Ucrania?
Timoshenko se presenta mucho más beligerante que Poroshenko y pretende recuperar por la fuerza Crimea y Donbás, mientras el actual presidente dice aspirar a "una paz fría" con Moscú. La antigua favorita de los medios de prensa occidentales necesita mostrar fiereza ante el Kremlin para hacer olvidar sus negocios con Rusia y las buenas relaciones que mantuvo en el pasado con Vladímir Putin.
Bailando con estrellas
Zelenski, conocido por su papel en la serie 'El servidor del pueblo' o por su participación en el programa 'Bailando con estrellas', tuvo que reconocer también haber mentido cuando dijo que no tenía fondos depositados en Rusia. Gracias a las investigaciones periodísticas, Zelenski prometió repatriar las sumas. Su solidaridad guerrera la demostró contribuyendo con 30.000 euros al presupuesto del Ejército.
Tema relacionado: "Ucrania es el Estado más pobre en Europa, con uno de los niveles más altos de corrupción"
Zelenski parece llamado más bien a colorear la campaña y a excitar los sondeos de opinión antes de la jornada electoral, en la que las redes políticas y económicas que sustentan a Poroshenko y Timoshenko impondrán su fuerza y, sobre todo, sus intereses.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK