Cada año, en esta fecha, cientos de personas caminan por lo pequeños callejones del pueblo de la Candelaria, en la alcaldía Coyoacán, al sur de la Ciudad de México. La fiesta es amenizada por tambores y fuegos artificiales que revientan en el cielo para anunciar la procesión que honra a la santa patrona del lugar.
A la cabeza de la procesión marchan tres jóvenes 'coheteros' (o 'cueteros') que marcan la ruta camino a la iglesia. Gerardo Herrera es uno de ellos, que prende los cohetes (fuegos artificales) uno tras otro con la lumbre de su cigarrillo.
"Mi trabajo en la festividad es el apoyo. Somos un grupo de chavos que fabricamos los arreglos florales para la imagen y ayudamos a las procesiones para aventar cohetes", explicó el joven en diálogo con Sputnik.
"El propósito del cohete es que la gente sepa en dónde está la procesión y el recorrido, para ir avisando casa por casa que el festejo ha llegado al barrio", explicó. También constató que el nombre 'Candelaria' le viene a la zona por su pasado de venta de flor de Candela.
La tradición y sus mezclas
La religión católica marca que después de una cuarentena de encierro, la virgen María y el niño Jesús fueron al templo para presentarlo ante un altar. El 2 de febrero es parte de este ritual que inicia desde el 24 de diciembre.
"Cada año el 24 de diciembre, a las 12. se arrulla el niño Dios, que está en el nacimiento bajo el árbol de Navidad y se deja ahí hasta el 2 de febrero, que es cuando se viste", ilustró a Sputnik Patricia Gallardo, vecina de la Candelaria.
Ese día, puede verse como muchas personas, sobre todo mujeres, cargan sus imágenes del "niño Dios", que se viste cada año con ropas de distinto tipo: de palomas, el niño padre, el de la huerta, abundó Patricia Gallardo.
"Se los lleva a escuchar misa y se les prende una vela, una candela, que representa la luz y la pureza", agregó.
También es tradicional que el 2 de febrero la persona que haya encontrado unos muñequitos representativos del niño Dios en la rosca típica que se comparte el Día de Reyes (según la tradición cristiana, el 6 de enero) sea la encargada de brindar los tamales para el resto de la familia.
La cultura mexica festejaba el fin y el inicio de sus ciclos cada 260 días. En su cosmovisión, el maíz era el elemento base para crear la humanidad. El tamal, la mazorca, el cacahuate y el cacao se entregaban en rituales como 'sacrificio' a los dioses creadores. La represión de estos rituales obligó a los mexicas a disfrazarlos en tamales, atole y champurrado (formas líquidas de preparar el maíz) que se comparten entre imágenes católicas.
En la procesión de la Candelaria hay creyentes que no son del pueblo pero son vecinos de las colonias circundantes y siguen la tradición que del lugar donde viven.
Ana Rosa es una de ellas. Mientras caminaba entre la red de callejones expresó a Sputnik que conserva la tradición desde su infancia.
"Visto y paseo a mi niño Dios porque desde pequeña veía a mi mamá hacerlo. Este año, me encontré con la procesión cuando pasó por mi casa y nos vinimos con ella, caminando con todos", relató
"Desde la mañana andan con la tambora y visitan las casas desde las 12 de la noche del día 2 de febrero hasta la medianoche del día siguiente, andan con la Candela por todo el pueblo", narró
La celebración continúa al ritmo de los mariachis. A pesar del rechazo que le manifestó un grupo de vecinos en la semana previa a la fiesta, no pudieron detenerla: se organizaron para recabar el dinero, adornar las calles y alimentar a cada peatón que participó de la celebración.