El Comité de Prácticas Comerciales de la Comisión Europea aprobó una propuesta de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio) que fija los precios y volúmenes de biodiésel que pueden exportarse al territorio comunitario.
Las cantidades y los aranceles se mantienen en secreto, pero de este modo Argentina sorteó la predisposición de la Comisión Europea a imponer nuevamente impuestos a la importación de entre el 25 y el 33,4% al biodiésel del país sudamericano, según recomendaba en diciembre pasado.
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El Comité había abierto una investigación en febrero del año pasado para determinar si el biodiésel argentino recibe subvenciones del Gobierno y si tal política había causado un perjuicio a la industria de la UE.
Así encajó la UE encajó un fallo negativo de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que en marzo de 2016 determinó que eran improcedentes los aranceles de 24,6% que el bloque europeo había impuesto en noviembre de 2013 a las importaciones de biodiésel argentino y que determinaron la salida de Argentina del mercado europeo de ese biocombustible hasta 2017.
A partir de entonces, Argentina pudo vender más de un millón de toneladas a la UE por un valor estimado de más de 900 millones de dólares.
El acuerdo con Carbio "se logró sin apelar al Órgano de Solución de Diferencias de la OMC, no solo representa un beneficio para la industria argentina sino también para los consumidores europeos", manifestó el Gobierno argentino.
El convenio debe publicarse en el Boletín Oficial de la UE para su entrada en vigencia.
Las exportaciones de biodiésel argentino disminuyeron casi 15% entre el segundo trimestre de 2017, cuando se vendieron al exterior 563.535 toneladas, y el mismo período del año pasado, cuando se colocaron 479.196 toneladas, de acuerdo a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos.