De acuerdo con un informe del Buró Nacional de Estadísticas chino, el PIB del país asiático en 2018 se situó en 90,03 billones de yuanes —13,04 billones de dólares—, es decir, un 6,6% más que en el año anterior. El documento precisa que el crecimiento anual del PIB se situó en el primer trimestre en el 6,8%, en el segundo trimestre, en el 6,7%, en el tercer trimestre, en el 6,5%, y en el último, en el 6,4%.
Más: El crecimiento del PIB chino en 2018 se ralentizó hasta el 6,6%, el mínimo en 28 años
Según Alexéi Máslov, director del Departamento de Estudios Orientales de la Escuela Superior de Economía de Moscú, la desaceleración de la economía del gigante asiático fue causada por tres factores clave.
"Muchos fabricantes de China se centraban en el mercado estadounidense, en particular, las compañías en el sur del país, cuyo 40% del trabajo era para el suministro de bienes a Estados Unidos. Al final, resultó que China se dedicó a su presencia en los mercados extranjeros y no protegió particularmente el estado general de la economía", dijo Máslov a RT.
Como resultado de la confrontación arancelaria desatada con Washington, las cifras comerciales de Pekín mostraron un descenso récord a finales de 2018. Según el Buró Nacional de Estadísticas de China, en diciembre, las exportaciones del país disminuyeron un 4,4%, mientras que los volúmenes de importación disminuyeron un 7,6%. Estos son los peores indicadores en los últimos dos años.
"La economía china está orientada principalmente a la exportación, o sea, el consumo en otros países. Según el FMI, el crecimiento de la economía mundial tiene una tendencia a disminuir, lo que afecta negativamente la capacidad de producción en China, que tiene un mayor potencial. La desaceleración de la economía mundial es un factor clave y está causada por la guerra comercial, el Brexit y otras razones geopolíticas y económicas", afirmó Vadim Merkúlov, analista de la compañía financiera Freedom Finance.
En busca de un acuerdo
Pekín y Washington libran una guerra comercial desde que Trump anunciara en junio de 2018 aranceles de hasta un 25% a las importaciones chinas por un valor de 50.000 millones de dólares, para aliviar el déficit desfavorable a EEUU en el intercambio bilateral.
Según Máslov, Pekín no tiene interés en fortalecer aún más la confrontación y la guerra comercial. Como enfatiza el experto, a lo largo de todo el conflicto comercial con el país norteamericano, las críticas de China a Estados Unidos siempre han sido moderadas y Pekín "no convirtió a Washington en un enemigo", en sus declaraciones. En este contexto, las partes pronto podrán llegar a un acuerdo, apuntó el experto.
"Actualmente, China ha comenzado a aumentar las compras de gas y petróleo en Estados Unidos. Lo más probable es que se proporcionen condiciones preferenciales para las compañías estadounidenses en China y que se aumente el número de empresas chino-estadounidenses en China. Por lo tanto, China está dispuesta a hacer ciertas concesiones para preservar la estabilidad de su economía", explicó Máslov.
Los cambios ya han comenzado
Curiosamente, la noticia de una desaceleración récord en la economía china no causó una reacción negativa por parte de los inversores globales. El 21 de enero, por ejemplo, las bolsas de valores asiáticas cerraron con alza. De acuerdo con Merkúlov, los actores del mercado tomaron en cuenta de antemano lo negativo de la desaceleración en la tasa de crecimiento del PIB chino y también la finalización exitosa de las negociaciones entre Estados Unidos y China.
"Ambos lados están dispuestos a ceder. Los representantes de Estados Unidos anunciaron la posibilidad de una reducción de los aranceles ya impuestos, y los de China anunciaron el desarrollo de un programa en el que se formará un plan para reducir el déficit de la balanza comercial. Este es el impulsor del crecimiento de la mayoría de los activos en enero de 2019", explicó Merkúlov.
Sin embargo, Máslov no excluye que, incluso con el fin de la guerra comercial entre EEUU y China, la desaceleración económica del país asiático continúe en el 2019 y 2020. Es probable que el país necesite varios años para reestructurar la economía nacional.
El experto también agregó que China comenzó a perseguir una política de inversión más cautelosa. El país ha dejado de invertir en proyectos riesgosos, así como en empresas que no podrán generar ingresos en los próximos siete años. Al mismo tiempo, en el contexto de la tendencia general de la liberalización económica, los empresarios chinos comenzaron a tener más oportunidades. Ahora las empresas, con la excepción de las estratégicamente importantes, pueden tomar decisiones independientes sobre invertir en el extranjero y desarrollar relaciones con otros países.
Te puede interesar: Dos causas por las que EEUU y China pueden reanudar el 'fuego cruzado'