Rusia opina que el asunto debe solucionarse sin la presión foránea, sin que se impongan plazos ni condiciones desde fuera y contando con un vasto apoyo público en la República de Macedonia y en Grecia, señaló la Cancillería.
"A juicio de Moscú, el problema debería estudiarse en el Consejo de Seguridad de la ONU a tenor con el párrafo 3 de la resolución 845 del Consejo de Seguridad de la ONU", indicó.
El 17 de junio de 2018, Atenas y Skopie zanjaron a orillas del lago Prespa una disputa de casi tres décadas sobre el nombre de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, pactando que pasaría a llamarse Macedonia del Norte.
El Parlamento de la República de Macedonia aprobó hace unos días las enmiendas constitucionales en que venía insistiendo Atenas, y ahora el Legislativo griego debe ratificar el acuerdo firmado.
A juicio de Moscú, ese cambio de nombre fue impuesto desde fuera con el fin de forzar el ingreso de Skopie en la OTAN, menospreciando la posición mantenida por el jefe del Estado macedonio y la opinión de la mayoría de su población, la que rechaza el pacto de Prespa.
Las protestas que continúan en Skopie y otras ciudades macedonias reflejan una profunda polarización de la sociedad, subrayó la Cancillería rusa.
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"Es obvio que el método usado para resolver este asunto de suma importancia para el futuro del país no refleja la voluntad del pueblo y no puede servir de instrumento de solución a largo plazo del problema del nombre del Estado", resumió.