"Nuestra intención, mi intención como comandante del Ejército, es que no debemos modificar nuestro sistema", aseguró Pujol en declaraciones a la prensa recogidas por la cadena Globonews.
En Brasil, igual que en otros países, los integrantes de las Fuerzas Armadas cuentan con un sistema de pensiones diferente al de los trabajadores de empresas privadas y de la administración pública.
En 2017, el Estado brasileño gastó con las jubilaciones de los miembros de las Fuerzas Armadas 37.700 millones de reales (más de 10.100 millones de dólares).
Los especialistas apuntan que los militares brasileños gozan de algunos privilegios respecto a sus colegas de EEUU o del Reino Unido, por ejemplo, puesto que logran jubilarse cobrando su salario de forma integral.
Pese a esto y otros privilegios, el anterior Gobierno de Michel Temer (2016-2018), que ya intentó a aprobar la reforma de las pensiones en el Congreso Nacional, excluyó a los militares de la propuesta.
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El presidente Bolsonaro, que es capitán reservista y mantiene estrechas relaciones con los militares, de momento no se pronunció sobre la posibilidad de incluirles en su borrador de la reforma.
Por el momento, el líder ultraderechista tan solo ha apuntado que pretende establecer la edad mínima de jubilación en 62 años para los hombres y 57 para las mujeres.