"Un pueblo sin memoria es un pueblo sin cultura, débil. Si continuamos (…) los libros escolares seguirán hablando de los asesinos como héroes y de los militares como rufianes. No. Nuestros héroes no murieron de sobredosis, lo hicieron en combate y esto necesita ser respetado", escribió en su cuenta de Twitter Eduardo Bolsonaro.
Las palabras del diputado van en sintonía con la postura del presidente ultraderechista y exmilitar Jair Bolsonaro, quien sostuvo en diversas oportunidades que el régimen ocurrido entre 1964 y 1985 en Brasil no fue una dictadura.
"Los militares salieron en 1985 y hasta hoy veo historias en la prensa mintiendo sobre lo que era ese período, sólo para alabar a los seguidores del Partido de los Trabajadores (izquierda). ¡Brasil necesita ser limpiado!", agregó Eduardo Bolsonaro.
Las declaraciones del diputado se inscriben en uno de los objetivos del Gobierno Brasileño: revisar los libros didácticos como forma de combate a supuestas doctrinas de izquierda.
"Uno de los objetivos para sacar a Brasil de las peores posiciones de los rankings de educación en el mundo es combatir la basura marxista que se instaló en las instituciones de enseñanza", aseguró el líder ultraderechista en Twitter.
La idea de modificar los libros de textos surge del ministro de Educación de Brasil, Ricardo Vélez Rodríguez, un colombiano nacionalizado brasileño y profesor de filosofía.
Rodríguez publicó en abril de 2017 en su blog personal que la fecha del 31 de marzo de 1964 (cuando se produjo el golpe militar) debería ser "recordada y celebrada".
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En su opinión, la visión histórica que predomina sobre ese periodo, en que las Fuerzas Armadas realizaron un "importante y patriótico papel" ha sido manipulada por las universidades, sobre todo las públicas, que desde la apertura democrática están controladas "por la izquierda rabiosa", escribió en 2014.