Los números no mienten, y las cifras que ofrece la OMC hacen buenas las palabras que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, pronunció en el foro de inversiones 'Rusia te llama' realizado en Moscú entre los días 27 y 30 de noviembre. Entonces, afirmó que la guerra comercial entre EEUU y China abre una ventana de oportunidades para Rusia. ¡Bingo!
"Hablamos sobre diferentes restricciones, incluido en los cálculos en dólares; o diferentes sanciones, o aranceles que se imponen contra algunos países; por ejemplo contra China. […] Según las estimaciones de la Organización Mundial del Comercio [OMC], las restricciones mutuas impuestas últimamente por los países de G20 causaron la reducción del comercio mundial en casi 500 mil millones de dólares. ¿Acaso alguien está interesado en ello? En particular, una economía tan grande como la de EEUU. Pero para nosotros esto sólo abre ciertas ventanas de oportunidad", sentenció Putin.
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El presidente de la consultora Ekai Center, Adrián Zelaia, opina que es muy posible que a medio y largo plazo el efecto de las sanciones antirrusas estén reforzando indirectamente la estrategia de la economía de Rusia, cuyo reto fundamental tras la caída de la Unión Soviética, era acelerar su diversificación, y crear un tejido industrial diferenciado y variado que alimentara su dinámica en sectores distintos de los energéticos.
"Algo que a Rusia por sí mismo le hubiera costado mucho más hacerlo. De alguna forma la economía rusa se ha visto obligada mediante estas sanciones a reactivarse, a diversificar su producción, etc. Ese es un aspecto que a medio y largo plazo seguramente es muy positivo para sí".
En esta sentido, el analista explica que dentro de esta guerra comercial iniciada por EEUU estamos en un contexto en el que se está produciendo un acercamiento estructural estratégico entre China y Rusia que está beneficiando a las dos partes, y a la vez, compensando en buena medida el efecto que tenían las sanciones para Rusia, y la guerra comercial para China.
"Rusia, ante los problemas derivados de las sanciones en buena parte las ha conseguido compensar mirando hacia el Este y menos a Occidente como estaba haciendo desde los años ’90, y sobre todo hacia un acuerdo estratégico con China que ha colocado a los dos países en un nivel de confianza mutua desconocido hacía mucho tiempo", observa Zelaia.
Pero las estadísticas ofrecidas por la OMC deja muchos más datos interesantes. Para empezar, que el país que ocupa el segundo lugar en haberse beneficiado de la guerra comercial es Reino Unido, pero con un crecimiento muy alejado al de Rusia, menos de la mitad: un 12,5%.
El resultado de todo esto, según el experto, es que lo mismo que ha podido hacer Rusia a través de China –compensar parcialmente los efectos de las sanciones–, lo está haciendo también China a la inversa para compensar los efectos de la guerra comercial con EEUU y lo estamos viendo claramente en el ámbito de las ventas de productos energéticos que han subido casi un 50% en un año.
"Esto ha permitido a China responder a las medidas de EEUU estableciendo aranceles para los productos energéticos de EEUU, sustituyendo la importación de petróleo y gas de EEUU, por petróleo y gas ruso. De esta forma, desde la perspectiva rusa, podemos valorar estos movimientos fundamentalmente en estas dos direcciones. Por un lado, el reforzamiento y la diversificación de la economía rusa estrictamente, por otro lado, el reforzamiento estratégico de la cooperación estratégica económica con China", subraya Zelaia.
"Podríamos ir a un tercer nivel, y es en qué medida, tanto el régimen de sanciones, como la guerra comercial con China, están ayudando o acelerando el proceso de desdolarización de la economía mundial. Un proceso que se está produciendo lenta y progresivamente como consecuencia objetiva de la pérdida de peso de la economía norteamericana en el mundo, pero que sin duda estos movimientos –así como las sanciones contra Irán, [tras] la ruptura del acuerdo [nuclear] con este país, la pérdida de peso de EEUU en Oriente Medio, etc–, están acelerando sensiblemente ese proceso de desdolarización de la economía mundial", apunta el analista.
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Y es que se la da circunstancia de que el volumen de intercambios de divisa a divisa del rublo-yuan en la Bolsa de Moscú en los primeros 10 meses de 2018 fue casi dos veces y media superior al de 2017. Así lo dejó saber el director general de la bolsa, Ígor Marich. Un anuncio que coincide con la decisión de Rusia y de China de utilizar en sus transacciones sus propias monedas con mayor frecuencia. En 2014 ambos países estamparon un acuerdo que estipula que el Banco de Rusia y el Banco Popular de China potenciarían la compra recíproca de sus propias divisas.
En este sentido, en su intervención en el foro de inversiones 'Rusia te llama', Putin también declaró que los que desvían los dólares de Rusia "no se disparan en el pie, sino un poco más arriba", al asegurar que su país no tenía la intención de descartar el dólar del comercio, sino que más bien es el dólar el que se va de Rusia.
"Esta inestabilidad en las transacciones en dólares obliga a muchas economías a buscar monedas de reserva alternativas y crear sistemas de pagos independientes del dólar", remachó el jefe de Estado ruso. No obstante, dejó claro que Rusia se alejará de la divisa estadounidense. "Lo haremos, pero no de una manera brusca que nos perjudique".
Y es que la mayoría de las transacciones entre Rusia y China se siguen realizando en dólares a través del sistema internacional SWIFT, lo que implica que EEUU puede bloquear cualquier acuerdo e, incluso, denegar el acceso de cualquier país al mercado internacional. Ya lo hizo con Irán. Ya en octubre de 2014 el sistema SWIFT –usado por más cerca de 11.000 organizaciones en más de 200 países– declaró estar bajo presión de varios Estados que le hacían sumarse a las sanciones contra Rusia.
Por dicha razón, Rusia y China no se quedaron durmiendo la mona. En Rusia funciona el 'Sistema de Intercambio de Mensajes Financieros del Banco de Rusia' —SPFS, en ruso—, en el que están involucradas 400 entidades, como bancos, corporaciones y la Tesorería rusa. En 2015, China lanzó el suyo propio, el CIPS. Durante su primera fase se conectaron a él cerca de una veintena de entidades de compensación bancaria. Durante la segunda mitad de 2018, el sistema entró en su segunda fase, en la que se unieron a él otros 10 bancos, tanto chinos como extranjeros.
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De hecho, el propio Putin lo reconoció esta semana. "Llevamos a cabo un trabajo activo con algunos países, con nuestros socios comerciales más importantes, para crear sistemas que sean independientes del SWIFT", dijo. Mientras, a finales de agosto, el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, propuso a la UE crear, palabras textuales, "un sistema SWIFT independiente de EEUU" para proteger a las compañías europeas de las sanciones estadounidenses relacionadas con Irán.
"Efectivamente estas medidas políticas, en cuanto a las sanciones con respecto a Rusia u otros países como Irán, el alejamiento estratégico de Turquía con respecto a EEUU y la OTAN, o la guerra comercial con China, son todos factores que están incidiendo de forma muy directa en la aceleración del proceso de desdolarización", concluye Adrián Zelaia.