"En Marruecos presentaremos cómo está organizado el plan", dijo el próximo jefe de la diplomacia mexicana, al tiempo que descartó aplicar deportaciones para miles de migrantes que se encuentran en Tijuana a la espera de sus pedidos de asilo en territorio estadounidense.
"Es esencialmente un proyecto de inversión, una selección de proyectos que tienen una mayor viabilidad en el corto plazo", para eliminar las causas de la migración creando empleos y mejorando las condiciones de vida en la región, prosiguió Ebrard.
El proyecto, con una veintena de objetivos para aumentar las vías para la migración legal, será propuesto a EEUU, Canadá y la Unión Europea con base en una idea similar al Plan Marshall estadounidense de 1948, para la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Ebrard se reunirá con el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, en el marco de la toma de posesión de López Obrador este sábado, donde examinarán el problema de las caravanas migrantes que huyen de la violencia y la pobreza de Centroamérica.
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"México no está pensando en deportarlos, no podemos determinar el ritmo según el cual son entrevistados" para solicitar asilo, dijo Ebrard.
Para reactivar el sur de México, el próximo Gobierno estima que se requieren unos 20.000 millones de dólares en seis años.
Por lo tanto, "cualquier esfuerzo serio que se quiera hacer respecto a nuestros hermanos de El Salvador, Honduras y Guatemala, debería de ser un monto parecido", calculó el también exjefe de Gobierno de la Ciudad de México.
Ebrard además anunció la designación como vicecanciller para Norteamérica de Jesús Seade.