La roca que sirve de nicho procede de la zona de la Gran Piedra, en las estribaciones de la Sierra Maestra, a 1.225 metros de altura sobre el nivel del mar, y una zona donde el líder revolucionario comandó la lucha guerrillera contra la dictadura de Fulgencio Batista a fines de la década de 1950.
La piedra de granito, con una altura de casi cuatro metros y un peso aproximado de 49 toneladas fue pulida, se le perforó un espacio para la urna fúnebre, se revistió su interior y se le colocó una tarja de mármol verde con una inscripción de cinco letras en bronce con el nombre de Fidel, tarea que asumió durante 6 años el constructor Antonio Samuel Matos Díaz.
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El monumento funerario está ubicado en una zona del santiaguero cementerio de Santa Ifigenia, conocida como el Altar de la Patria, muy próximo a las tumbas que conservan los restos del Héroe Nacional cubano, José Martí (1953-1895); los del iniciador de las guerras de independencia cubana, "el Padre de la Patria", Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), y Mariana Grajales (1815-1893), conocida como la "Madre de todos los cubanos".
Un segmento del piso está enchapado con piedras chinas pelonas, recogidas de las desembocaduras de los ríos La Plata y Uvero, zonas donde se desarrollaron importantes combates de las fuerzas revolucionarias.
Muy cerca, dos conjuntos necrológicos conservan los restos de los asaltantes al cuartel Moncada (1953), liderados por Fidel Castro, y de combatientes internacionalistas caídos en las misiones en África hace más de 30 años.
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En los casi dos años de estar abierto al público el lugar donde reposan los restos mortales del líder histórico de la Revolución cubana, más de un millón de personas —cubanos y extranjeros— han visitado el lugar de recordación.