En Argentina, no se habla de otra cosa que de la mítica final de la Copa Libertadores, que enfrentará de manera insólita a Boca o River, los dos equipos más grandes del país, protagonistas del más encarnizado clásico deportivo del continente. El empate del partido de ida deja con más esperanzas a ambos contrincantes en la carrera por la copa de clubes más importante de América Latina.
¿Qué significa este extraño término? Es la improbable mezcla entre un 'gallina' (hincha de River) y un 'bostero' (uno de Boca). Pero en la vida, además de blancos y negros hay grises, y Gómez Soto es un perfecto ejemplo.
"Algunos amigos me dicen gallina bostera. Pega el folclore de la gallina bostera, porque no existe. O sos gallina o sos bostero. Pero en mí pega perfecto la gallina bostera", dijo a Sputnik el hincha.
Nacido en una familia de River, inicialmente era apenas 'galli'. El 'bosti' llegó en los años 90, cuando visitaba asiduamente un comercio en la avenida Santa Fe, cercano al hotel donde concentraba Boca, en la calle Libertad. Por ahí pasaban las estrellas locatarias en la 'Bombonera' y compartían con él algunos mates. Fue entonces que su pasión se repartió por igual para los dos equipos.
Gómez Soto no sabía que el grupo que visitaba el negocio era el plantel de primera división de Boca, con astros como Carlos Navarro Montoya, Diego Latorre o Walter Pico. Sólo se limitaba a conversar con ellos y a preparar mates en rondas que definía "eternas". Los jugadores iban al comercio, porque el dueño —amigo del 'gallibosti'— era fanático y socio vitalicio de Boca.
"Un sábado, iban por el cuarto termo. Le digo a mi amigo: 'Me cansé de hacer mate, estos no se cansan nunca de tomar mate'. Uno de ellos saca una camiseta de Boca y dice: 'Esta es para vos'. Y me la da", narró el particular fanático.
Desde entonces, comenzó a hinchar por ambos cuadros por igual. Cuando juegan juntos, no grita los goles de uno ni de otro. Cuando juegan por separado sí. A Gómez Soto le gustaría que en los partidos de primera división se pudieran unir las hinchadas rivales y visitantes, un escenario impedido por las autoridades debido a la violencia de las barras bravas.
"No llevo el fanatismo o eso que tiene el hincha clásico de su equipo. Lo tengo de los dos, porque me gusta el fútbol desde afuera. Me encanta mirar el folclore del fútbol de afuera", aseveró.
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Mucha gente no entiende esta aparente contradicción. De hecho, a Gómez Soto lo suelen tratar de "vendido" en adelante. Pero él no claudica en manifestar orgullosamente su admiración por los dos equipos míticos.
La rareza de este caso se dio a conocer cuando un periodista amigo del "gallibosti" vio su perfil de Facebook con imágenes del hincha con camisetas de los dos equipos. Luego, como una bola de nieve, los medios de Argentina y el mundo empezaron a replicarlo. Tanto, que en un determinado momento estuvo presente en los titulares de "4.000 diarios de todo el mundo".
"Me sorprendió infinitamente", aseveró.
Para él, se debe a que probablemente no haya nadie más en el mundo como él que admita abiertamente su fanatismo por dos rivales tan grandes.
El partido final de la Copa lo mirará en "casa, con amigos, como siempre". Para él, es más probable que gane River pero si el resultado no es así, tampoco se sentiría mal. Porque, recordemos, es el "gallibosti".
Así como Friedrich Nietzsche postulaba el ideal del superhombre, quizás Gómez Soto logre llegar a una etapa de superación de los hinchas tal como los conocemos hoy.