"Yo me considero transespecie porque tengo un nuevo sentido, un nuevo órgano, que no es humano. Así que siento que no soy 100% humana y me considero transespecie", explica a Sputnik Moon Ribas, artista, activista cíborg y cofundadora de la Transpecies Society.
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En el caso de Moon Ribas, se trata de un sensor sísmico, un par de implantes en sus pies que están conectados a sismógrafos en línea y permiten detectar temblores en cualquier lugar del mundo.
Si en algún sitio del mundo hay un temblor, Moon siente una vibración dentro de su cuerpo. El 'arte cíborg', del que ella forma parte, busca cambiar la percepción. Luego, comparte esta realidad que percibe gracias a los implantes a través de obras de danza y percusión.
Moon no está sola en la Transpecies Society ni en la Fundación Cíborg. Su colega Neil Harbisson tiene una antena que le permite percibir los colores como notas musicales. Manel Muñoz tiene sensores de presión atmosférica en sus orejas, lo que le permite predecir cuándo lloverá.
Además, otros sentidos se están trabajando. Por ejemplo, el de un joven de 17 años que está desarrollando un implante para detectar la calidad del aire y "escoger el camino menos contaminado para volver a casa y estar más conectado con el aire de la ciudad". Otro artista quiere recibir los rayos cósmicos y transformarlos en vibraciones y sonidos.
¿Por qué 'sociedad transespecie'?
"Para nosotros ser cíborg no tiene nada que ver con mejorar o superar. Es otra percepción de la realidad. Quizás percibir más intensamente el planeta quizás no es muy positivo para algunas personas, así que todo es muy relativo", agrega.
La Transpecies Society fue creada para visibilizar estas identidades, dice Moon, porque hay mucha gente que como ella no se identifica por completo con la etiqueta 'humano'. En el caso de la activista cíborg, es la unidad cibernética lo que le ha permitido tener una percepción distinta.
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"Me sorprende la cantidad de gente que no se siente 100% humana. De hecho tenemos un formulario para quien se quiera hacer socio. Preguntamos, del 1 al 10 cuán humanos se sienten. Y casi nadie marca 10, casi siempre es menos de 10", explica la cofundadora de la entidad.
"Hay mucha gente que nota que tiene un cuerpo que no los representa, que se siente interesada porque se siente un animal, o una materia, o quizás va cambiando", agrega.
Hoy en día esto se centra en el concepto de identidad. Algo que, según la portavoz de la sociedad de los transespecie, "es muy personal". "Realmente se está abriendo mucho el concepto de no identificarse solo hombre, mujer, humano… va mucho más allá, es muy personal", afirma.