"Los pueblos indígenas Embera Dóbida, Katío y Wounaan del Chocó, que fueron retenidos anoche a las afueras de Bogotá", se movilizan "en defensa de la vida y su territorio", publicó en la red social ONIC, que agrupa a las principales organizaciones y etnias del país.
La organización denuncia que el 11 de noviembre de noche cientos de indígenas Emberas llegaron a Bogotá provenientes de Chocó y la policía no los dejó pasar del puente Jenny Garzón, más conocido como el puente de Guadua, ubicado en la localidad de Engativá del distrito 10 de la capital colombiana.
La consejera de derechos humanos de ONIC, Aida Quilcué, afirmó que "de manera urgente" solicitan "al Gobierno de Iván Duque y a la alcaldía de Enrique Penalosa que brinden las garantías a los pueblos indígenas del Chocó que vienen a Bogotá, necesitamos que muestren su voluntad de diálogo", consigna la organización en la red social.
Entre diciembre de 2016 y el pasado 3 de julio, un total de 65 líderes indígenas fueron asesinados en el país en medio de una ola de homicidios que también afecta a líderes sociales y defensores de derechos humanos por parte de grupos armados ilegales, entre ellos paramilitares, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Además, 21 cayeron víctimas de atentados y 161 se encuentran amenazados, indicó la ONIC.
La mayoría de los casos se concentra en los departamentos de Chocó, Nariño, Cauca y Valle del Cauca (todos en el suroeste).
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La violencia contra los pueblos indígenas es producto de la defensa del territorio y del ambiente que ellos ejercen, denuncian sus organizaciones.
En Colombia, a esa situación se suma el narcotráfico vinculado con grupos armados que operan en varias regiones del país.