No obstante, la agencia encontró una manera de 'silenciar' estas explosiones sónicas y reducir así sus efectos nocivos para la población. De hecho, los boom sónicos 'silenciados' fueron logrados sin modificar la aeronave de prueba.
La explosión sónica que se genera con esta maniobra es igual que las demás, pero cuando alcanza la superficie de la tierra se escucha como un boom más silencioso. Sin embargo, sus efectos pueden variar por distintos factores.
Por ello, la NASA recopila los testimonios de 500 voluntarios que residen en el pueblo texano de Galveston para determinar hasta qué punto las explosiones sónicas resultan molestas. Para corroborar los informes también se instalaron decenas de micrófonos en el área.
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Sin embargo, los lugareños informaron a los medios locales que a pesar de ser menos fuertes, las explosiones sónicas de la NASA siguen siendo una molestia y hacen temblar las ventanas de sus casas. Por ello dijeron que no quisieran oír los booms sónicos, ni siquiera los que fueron 'silenciados'.
Estas pruebas son un anticipo de los vuelos del prototipo de X-59 QueSST (siglas en inglés para Tecnología Supersónica Silenciosa) que está en desarrollo y debería entrar en servicio en el 2022.
Los vuelos supersónicos sobre superficies terrestres fueron prohibidos a causa del fuerte estampido que generan estas explosiones.
Los famosos aviones Concorde solo alcanzaban la velocidad supersónica cuando volaban sobre el océano.
Hasta el momento, solo dos aviones supersónicos han sido utilizados comercialmente: el Tu-144 soviético y el Concorde británico-francés. No obstante, debido a su dudosa rentabilidad y a otros problemas estas aeronaves fueron retiradas de servicio.
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