"Para bien o para mal, estamos enclaustrados momentáneamente, temporalmente, pero cuando se presentan dificultades nos obligan a buscar nuevas alternativas", dijo el presidente Evo Morales tras entregar a los dueños privados de los puertos Jennefer, Aguirre y Gravetal sus certificaciones como accesos internacionales de uso público y privado.
Destacó que la convergencia de intereses estatales y privados en los accesos a la hidrovía, y por esta al Atlántico, mostraba que "cuando hay decisión conjunta de los bolivianos para romper problemas de importación y exportación, es posible avanzar y resolver los problemas que se presentan".
"Este es un día histórico para quienes piensan en la patria y trabajan en la patria pensando en las futuras generaciones", agregó Morales, cuyo Gobierno izquierdista parece haber encontrado en proyectos de industrialización agrícola y en el acceso a la hidrovía oportunidades de colaboración inmediata con el sector privado.
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"Cuando hay coordinación entre el Estado y el sector privado, tenemos resultados importantes, hay nuevas políticas económicas y de comercio, especialmente de productos agropecuarios", señaló el gobernante, en el actual realizado bajo un calcinante sol en el puerto Jennifer, el más grande y moderno de la región, capaz de mover no sólo granos sino también contenedores.
Enclavados en el extremo sudoriental de Bolivia, cerca de la frontera con Brasil y conectados al río Paraguay por un canal profundo operable todo el año, los puertos ya operaban, en algún caso desde hace tres décadas, como servicios privados vinculados a puertos internacionales de Argentina, Paraguay y Uruguay.
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Con su reconocimiento como puertos internacionales, y la paralela apertura de servicios aduaneros y fitosanitarios, el trío portuario abre un nuevo horizonte para el comercio internacional boliviano, forzado a utilizar los puertos del norte de Chile desde que la Guerra del Pacífico del siglo XIX privara a Bolivia de sus costas soberanas sobre el Pacífico.
"Esta salida al Atlántico es producto de muchos años de soñar y otros más de trabajar e invertir", dijo el presidente de la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz, Jorge Arias.
Agregó que la certificación entregada por Morales marcaba un punto alto de confluencia de los sectores público y privado, porque "cada parte está haciendo lo que debería hacer, como corresponde, el sector privado arriesgando inversiones y el Estado aportando su presencia con servicios oficiales vitales".
La región de Puerto Quijarro y la vecina ciudad de Puerto Suárez son los puntos más bajos del territorio boliviano, a menos de 100 metros sobre el nivel del mar, y acoge también al yacimiento de hierro del Mutún, una de las reservas más grandes del mundo, donde está próxima a iniciarse la construcción de un complejo siderúrgico.