Osinaga vivió sus últimos años en un albergue de ancianos, ubicado a 460 kilómetros al sureste de La Paz.
La mujer fue entrevistada por distintos medios internacionales. Hace poco más de un año contó cómo vivió ese momento: "lo desvestimos, le sacamos sus ropas, lo enjabonamos bien y lo bañamos y después lo hemos secado. Tenía los ojos abiertos. Nunca olvidaré eso".
Tras ser asesinado en La Higuera, el cadáver de Guevara fue trasladado en helicóptero hasta Vallegrande en medio de una gran expectación. Los militares dijeron entonces que el guerrillero había caído en combate.
Osinaga no tenía idea quién era el muerto, sólo le dijeron que era el jefe de las guerrillas. De igual modo hizo su trabajo y el cuerpo limpio fue expuesto en una morgue improvisada del hospital.
La enfermera boliviana será velada en el mismo pueblo de Vallegrande donde fue exhibido el argentino.