"Entendemos que México detendrá y repatriará a los migrantes que ingresen a México en violación de la ley mexicana, y en los casos en que los migrantes soliciten asilo, procesará las solicitudes de acuerdo con la ley mexicana", expresó Pompeo en un comunicado difundido por el Departamento de Estado.
Washington confía asimismo en que "aquellos que no cumplan los requisitos serán devueltos en un proceso seguro y ordenado, de conformidad con la ley mexicana", agregó.
El jefe de la diplomacia estadounidense aseguró que su país sigue muy de cerca la caravana de migrantes, que continúa su "peligroso viaje" a través de Guatemala y México "violando la soberanía y las leyes" de estos países.
También expresó la preocupación de que "estos migrantes puedan ser víctimas de traficantes de personas u otras personas que los exploten", y se mostró alarmado "por la violencia provocada por algunos miembros del grupo, así como por la aparente motivación política de algunos organizadores de la caravana".
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El secretario de Estado norteamericano viajó a México para pedir que el país vecino detenga el avance de la caravana de unos 4.000 centroamericanos, que comenzó su marcha el 13 de octubre desde el norte de Honduras e intenta llegar por todos los medios a la frontera sur de EEUU.
Ese mismo día, el presidente Donal Trump agradeció al Gobierno mexicano por detener el avance de la caravana, aunque reiteró su amenaza de usar el Ejército y cerrar la frontera si México no logra evitar el ingreso de migrantes a EEUU.