Fue en 2016 cuando un avión ruso evacuó a la niña Sidra Zaarur, que entonces tenía 10 años y acababa de perder las piernas después de un ataque de yihadistas en Alepo (Siria).
La víctima del ataque recibió un tratamiento adecuado en Moscú. Meses más tarde, Sidra ya era capaz de caminar.
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Ahora Sidra tiene 13 años y ya ha podido regresar a la escuela sin necesidad de ayuda y pasar tiempo con sus amigos.