La nota hace referencia al artículo 23 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, que reserva al Estado receptor el derecho de declarar persona non grata a un funcionario consular cuando realiza actividades incompatibles con el ejercicio de sus funciones.
"Confiamos en que la parte húngara se abstendrá en el futuro de cualquier paso hostil en relación con Ucrania, y sus funcionarios, de violar las leyes ucranianas", dice la Cancillería en su comunicado.
El pasado 19 de septiembre, la agencia de noticias Ukrinform informó que el consulado húngaro en Beregovo (una localidad ucraniana situada a tres kilómetros de la frontera entre los dos países) distribuye pasaportes de Hungría entre los residentes locales, aunque supuestamente les pide que no lo comuniquen a las autoridades ucranianas.
La ceremonia de entrega, según un vídeo que el medio ucraniano recibió de fuentes anónimas, incluye un brindis con champán y un juramento de lealtad a Hungría.
Ucrania, que prohíbe la doble nacionalidad aunque no prevé sanciones legales por tenerla, comenzó a investigar la expedición de pasaportes húngaros en Béregovo y amenazó con expulsar al cónsul de Hungría.
En agosto pasado, Ucrania protestó ante Hungría por el nombramiento de un "comisionado ministerial para Transcarpatria", hecho que interpretó como injerencia en sus asuntos internos.
El ministro de Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, señaló a este respecto que la doble nacionalidad es algo común y corriente en Europa, y que los miembros de la comunidad húngara en Ucrania responden a los criterios especificados en la ley. El cónsul magiar, según Szijjarto, no cometió infracción alguna.
También advirtió que Budapest respondería simétricamente si Kiev declarase persona non grata a un funcionario consular de Hungría.