Abogado de profesión, tras llegar a España para estudiar un máster, Javier Bonomi decidió echar raíces en Cataluña. "Vi la necesidad de crear estructuras de servicio al inmigrante", dice y explica que Fedelatina comenzó como una entidad pequeña que ya tiene 18 años y sigue creciendo e intentando cubrir las necesidades de los extranjeros que eligen la tierra catalana.
Respecto a la corriente independentista que ha ido ganando espacio en la agenda política y social, no solo de Cataluña, sino también del resto de España —en particular del Gobierno central—, Bonomi expresa que los inmigrantes en general, y los latinoamericanos en particular, tienen otro tipo de prioridades. Han llegado a estas tierras para vivir mejor, trabajar, prosperar, por lo que el tema nacionalista e independentista les resulta "un poco ajeno".
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Observa que los países de América Latina hace ya más de 200 años que se han independizado y que están constituidos como repúblicas. "Aquí en España hay una monarquía, algo un poco raro y desconocido para nosotros. En nuestros países también tenemos la identidad española, la identidad italiana, países que fueron los que nos formaron como repúblicas. Entonces no tenemos simpatía con la monarquía, pero es verdad que todo el movimiento independentista quita el foco de las necesidades de la gente y se pone a hablar de futuros a mediano y largo plazo. Nosotros creemos en las soluciones a corto plazo".
El independentismo y la realidad del colectivo inmigrante en números
Bonomi explica que la crisis económica mundial que comenzó en los años 2007-2008, hace que la gente necesite estar mejor económicamente. "Recordemos que si hay una tasa de desempleo en España del 18% o el 20%, los inmigrantes la duplicamos. Quiere decir que el 40% de los inmigrantes, y dependiendo de qué colectivo sean, a veces es mayor todavía: si son jóvenes inmigrantes llega al 50%; si son jóvenes inmigrantes marroquíes llega al 70%. Quiere decir que nuestra prioridad es tener trabajo, tener vivienda, tener mejores condiciones, y no tanto gastar nuestra energía en temas de la independencia".
No obstante, reconoce que directa o indirectamente el tema independentista "nos toca mucho, porque mucha de la energía de los medios de comunicación se está dedicando casi en exclusiva al independentismo y con eso dejan de ver los problemas del día a día de la gente, que son el tener un plato de comida en la mesa, una vivienda digna, un trabajo digno".
Al indicar que en España la precariedad laboral que antes situaba un salario en 1.000 euros mensuales, ha llevado a que hoy haya gente que trabaja por 700 o 600 euros por mes. "La gran mayoría de gente explotada es especialmente la que trabaja en el servicio doméstico, que está dentro de una casa, de un recinto privado, donde no hay inspección de la Administración", detalla.
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Por estos días, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, sostuvo que durante la anterior Administración de Mariano Rajoy, hubo falta de empatía para tratar el tema catalán, y en su visita a Canadá ha afirmado que "Quebec es un ejemplo de que la política puede buscar soluciones".
"La verdad que sí. Cada uno tiene sus prioridades y yo lo respeto. Hay gente cuyo 'leitmotiv' es la independencia y yo lo respeto. No es que se tenga que reencauzar, sino que se tiene que encontrar un canal intermedio. Yo entiendo que el que lo quiera reivindicar [al independentismo] lo reivindique. Lo que no puede ser es que el que lo reivindique, tenga el 100% de los medios públicos catalanes de comunicación, tenga el 100% del Gobierno, tenga el 100% de todo, cuando en realidad la sociedad catalana está dividida, podríamos decir en un 50%".
¿Cuál es la perspectiva de convivencia en la sociedad catalana?
Respecto a la división que experimenta la sociedad catalana, una brecha que parece cada vez más insalvable, Bonomi es contundente: "No es una herida que se va a sanar a corto plazo. Esto hay que trabajarlo a mediano y largo plazo, estamos hablando de 10, 20, 30 años, porque el daño que se hizo y el enfrentamiento que está habiendo ahora es muy grande, es muy fuerte. Hay políticos presos, que tal vez hubiese sido más coherente encausarlos, hacer las denuncias pertinentes, pero no que estén pasando más de un año en prisión porque eso duele mucho y es el argumento que utiliza el independentismo nacionalista para unirse en contra de España", concluye Javier Bonomi.