"Se trata de un ataque político del enemigo de nuestra salvación contra la unidad de los cristianos ortodoxos que tienen un origen único: los rusos, los ucranianos y los bielorrusos, a los que siempre unía la Iglesia", declaró subrayando que ese ataque se lanza contra la IOR por razones puramente políticas, que no tienen nada que ver con la religión.
"Tan solo unos grupos de cismáticos influenciados por determinadas fuerzas políticas internas y exteriores piden la autocefalía, la que no reconocerán las Iglesias canónicas", subrayó.
En Ucrania actualmente funcionan la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica, que es una iglesia autogestionada perteneciente al Patriarcado de Moscú, así como instituciones religiosas no reconocidas por la Ortodoxia mundial, como el Patriarcado de Kiev y la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Ucrania.
El Patriarcado de Constantinopla informó estos días que envía a dos exarcas a Kiev "en el marco de la preparación del otorgamiento de la autocefalía".
El Patriarcado de Moscú censuró firmemente tal decisión y la calificó como incursión en el territorio canónico de la IOR.