Así comentó la reciente declaración del primer ministro, Andrej Babis, que en una entrevista concedida al periódico Právo, afirmó que su país no acogerá un solo refugiado, ni siquiera a los 50 huérfanos sirios de que habló la representante de Praga en la Eurocámara Michaela Sojdrova.
El primer ministro recordó que desde 2015 la República Checa envió unos 114 millones de dólares en ayuda a los países de origen de migrantes, mientras que los médicos y expertos checos trabajan en Siria y trataron 2.500 pacientes, incluyendo niños.
"Desde mi punto de vista, nuestro país que cuenta con 10 millones de habitantes, es capaz de albergar a 50 niños que perdieron a sus padres en la guerra en Siria", escribió Hamacek en su cuenta de Twitter.
El rechazo categórico de Babis a acoger a los mencionados 50 huérfanos sirios provocó una ola de indignación entre los políticos checos.
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Uno de los líderes del movimiento TOP 09 Miroslav Kalousek indicó que "con esa actitud le decimos al mundo que somos inhumanos".