José Andrés Murillo, denunciante del caso Karadima en Chile y fundador de la ONG "Fundación para la Confianza", dijo a Sputnik que "los hechos de Alemania confirman que el abuso sexual infantil en la iglesia católica es una epidemia presente todo el mundo".
La experiencia en Chile no dista mucho de la realidad alemana. Según Murillo la necesidad de luchar contra la cultura del abuso y el encubrimiento es la clave para terminar con esto de una vez y por todas, y fue el centro de las conversaciones que sostuvo durante horas con el Papa Francisco durante su visita a Chile en enero de 2018.
"Para esto son necesarias reformas más estructurales, no solo prohibir el abuso o castigarlo directamente, sino también prohibir y castigar el encubrimiento y cuestionar las dinámicas de poder que se dan dentro de la iglesia católica", explicó Murillo.
Para el activista las conversaciones con el Papa fueron "una señal". "Pero la señal requería acciones concretas", como fue la carta que envió el Papa en junio a los obispos chilenos pidiéndoles la renuncia y terminar con la cultura del abuso y el encubrimiento.
Con una experiencia de casi 10 años con víctimas de abuso sexual, Murillo tiene la certeza de que todas las diócesis del mundo están involucradas en casos de encubrimiento y son pocos sacerdotes que a través de la historia no estuvieron involucrados.
"Aunque hay excepciones impresionantes de sacerdotes, monjas y obispos que lucharon contra el abuso sexual infantil, pero de una generación hacia atrás la mayoría estuvo inmersa y hoy día se dan cuenta de que aquello que durante años no le pusieron nombre o pensaron que era simplemente un pecado, era en realidad un crimen", afirmó Murillo.
Pero para este activista una de las faltas más graves es la traición de estas estructuras del encubrimiento al deber de cuidado y su rol de garante de los niños y las personas vulnerables.
"Recién ahora se están dando cuenta de que el encubrimiento es tanto o en algunos casos más grave que el propio abuso ya que lo permite, lo facilita, lo encubre y hace posible que se repita, incluso transgeneracionalmente", sostuvo Murillo.
"Solo a través del cuestionamiento de la historia es que podrán responder cómo han sido capaces de llegar a esto", aseguró Murillo.
No obstante, muchas de las actas han sido destruidas y faltan testimonios. De acuerdo con un informe publicado por el semanario "Der Spiegel", en Alemania existe una "cifra oscura" de abusos que no podrán investigarse, por la destrucción de documentos.
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