Ese fue, sin tal vez, el mensaje más potente e importante que le lanzó el jefe de Estado francés en su discurso a sus representantes diplomáticos alrededor del mundo, al reconocer también que Europa debe asumir mayores responsabilidades.
Así, tras dejar claro que se deben sacar conclusiones de la otrora Guerra Fría, lanzó un mensaje que conmovió a todos, a su auditorio presencial, y al resto del mundo: consideró necesario realizar "una reflexión exhaustiva" sobre esta materia que incluya no sólo al conjunto de los socios europeos, sino también a Rusia.
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En el contexto geopolítico actual, ¿cómo surge una reflexión de ese calibre en un presidente de Francia, país miembro de la OTAN, y socio histórico de EEUU? Para el columnista de Sputnik y exdirector de Euronews Luis Rivas, se trata de una de las grandes novedades del discurso de la diplomacia de Macron porque hasta ahora no había incluido a Rusia en estas reflexiones.
"Él ha presentado un programa que piensa presentar en los próximos meses sobre la seguridad en Europa", indica el analista.
Rivas incide en que hay dos puntos en esa seguridad.
"El primero, el hecho de que EEUU se desentiende, como ya ha dicho [el presidente de EEUU] Donald Trump, de la seguridad europea y no va a continuar defendiendo y pagando. […] Que los europeos se defiendan ya solos, como él dice".
Para el periodista, esto también "es la constatación de que si se quiere replantear una reflexión, como dice Macron, sobre el futuro europeo, pero no solamente de la seguridad, sino también de la ciberseguridad, de las armas químicas, de las clásicas, de los conflictos territoriales, de la seguridad espacial, o de la protección de las áreas polares, necesita a Rusia, y él mismo lo ha reconocido. […] Esto implica que Macron se va a alejar de la diplomacia 'seguidista' que ha cultivado hasta ahora Europa con EEUU y va a recuperar una cierta autonomía que incluye el diálogo con Rusia", observa Rivas.
Por si había dudas acerca del acercamiento que busca el mandatario galo con Moscú, Macron dejó su constancia de que "el mecanismo de coordinación creado en San Petersburgo con Rusia ha producido [los primeros resultados], en particular en el plano humanitario".
En este sentido, y respecto a Siria, Macron afirmó que la continuidad de Bashar Asad como jefe de estado sería "un error funesto". "¿Quién ha provocado millones de refugiados?, se preguntó, al tiempo de amenazar a Damasco con represalias "si vuelve a utilizar armas químicas".
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Un extremo que nunca ha sido probado, sino que más bien se trató de una provocación puesta en marcha por los Cascos Blancos y que derivó en sendos ataques contra el país árabe: por parte de EEUU en abril de 2017, y por parte del país norteamericano, junto a Francia y Reino Unido en abril de este año, ambos fracasados.
"Macron olvida el papel del autodenominado Estado Islámico y de la intervención extranjera en Siria. Olvida también todas las consecuencias esa guerra, incluso para dentro de Europa, estamos hablando claramente de atentados. […] En mi opinión, Macron hace una confesión de impotencia y de cara al interior de su país. Intenta todavía acusar al Gobierno de Siria de situaciones de una guerra en la que sobre todo han participado fuerzas exteriores", zanja Rivas.
Por otra parte, Macron hizo hincapié en que "Europa no se hace ni en Bruselas ni en París ni en Berlín: se construye en la difusión incansable de nuestras ideas y de nuestros proyectos".
Para el analista, Europa "se hace más bien en Berlín, se pretende hacer en París, y se distribuyen los papeles desde Bruselas. Pero lo que implica esta declaración sobre Europa es el miedo absoluto de Macron a las elecciones europeas de mayo del año que viene. Cuando dice que Europa no se hace de París, Berlín o Bruselas, habría que decir que quizá la nueva Europa se está haciendo desde Budapest, desde Italia, desde otros países que no están de acuerdo con esa política de la UE que durante años se ha mantenido", concluye Luis Rivas.