"No dimos permiso para que la FFM (la Misión de Investigación de la ONU) entrase a Birmania por lo cual no aceptamos y rechazamos cualquier resolución emitida por el Consejo de Derechos Humanos", dijo citado por el periódico Global New Light of Myanmar.
También dijo que las autoridades ya han pedido a Facebook para que explicase la eliminación de las cuentas de algunos militares de Birmania.
Según el portavoz, la red social es muy popular entre los habitantes del país y esas medidas podrían socavar los esfuerzos de las autoridades para lograr la "reconciliación nacional".
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El 27 de agosto, la misión internacional independiente de investigación de la ONU, establecida en marzo de 2017, anunció un informe que denuncia el genocidio en el norte del estado birmano de Rakáin, así como crímenes de lesa humanidad y de guerra en los estados de Kachin y Shan, cometidos por el Ejército y otros cuerpos de seguridad birmanos.
El documento de la misión se presentará el 18 de septiembre en la sesión ordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
Birmania había denegado la entrada a los autores del informe, y la investigación se llevo a cabo a base de entrevistas con víctimas y testigos, así como teniendo en cuenta imágenes satelitales, fotografías y vídeos.
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Miembros de la misión visitaron también Bangladés, Indonesia, Malasia, Tailandia y el Reino Unido.
La operación militar se saldó con más de 400 muertos.
El total de rohinyás en el distrito bangladesí de Cox's Bazar se estima en unas 919.000 personas, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
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Birmania, una nación mayoritariamente budista, deniega ciudadanía y derechos civiles a esta comunidad musulmana estimada entre 1,1 y 1,5 millones de personas, alegando que son inmigrantes bengalíes; el conflicto y la crisis humanitaria se agravaron especialmente con la transición política de un régimen militar a uno civil ocurrida entre 2011 y 2012.