"Estados Unidos sigue aumentando la presencia de portadores de misiles de crucero en la región de Oriente Medio, que tiene que ver con los preparativos de un nuevo montaje de ataque químico en Idlib", dijo el portavoz del ente, general mayor Ígor Konashénkov.
"El 25 de agosto entró en el Mediterráneo el destructor Ross con 28 misiles Tomahawk, capaces de alcanzar cualquier región en Siria", indicó Konashénkov.
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Estas acciones, apuntó, confirman las "intenciones de Estados Unidos de aprovechar el montaje de ataque químico que están preparando los terroristas del Frente al Nusra (prohibido en Rusia) en la provincia de Idlib y del cual responsabilizarán a las fuerzas gubernamentales".
Antes había entrado en el golfo Pérsico el destructor estadounidense USS The Sullivans con 56 misiles de crucero a bordo.
Además, el bombardero estratégico B-1B de las Fuerza Aérea de EEUU, armado con 24 misiles de crucero aire-tierra JASSM, llegó a la base militar de Al Udeid en Catar.
Experiencias anteriores
En abril de 2018, varios grupos de la oposición y ONG relacionadas responsabilizaron al Gobierno de Siria de un supuesto ataque químico contra la ciudad de Duma, en Guta Oriental.
A pesar de que el informe final aún no vio la luz, EEUU, Francia y el Reino Unido lanzaron el 14 de abril un ataque contra tres instalaciones —dos al oeste de Homs y una en la zona de Damasco— que, según el Estado Mayor Conjunto de EEUU, estaban relacionadas con un supuesto programa clandestino sirio de armas químicas.
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Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto armado en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, y la de Astaná, copatrocinada por Rusia, Turquía e Irán.