"La Policía Federal no está preparada para sustituir lo que hacen actualmente los soldados y los marinos", dijo en conferencia de prensa el próximo mandatario, luego de reunirse con el titular de la Marina Armada, Vidal Soberón.
Para cumplir las acciones gubernamentales contra la inseguridad y la violencia, "no podemos dejar de utilizar al ejército ni a la marina", enfatizó López Obrador a los periodistas.
Los despliegues militares en tareas de seguridad pública comenzaron hace una década, cuando el expresidente Felipe Calderón (2006-2012) decretó la guerra abierta contra la delincuencia organizada y el narcotráfico.
Sin embargo, de cara a su mandato de seis años que comenzará el 1 de diciembre "no hay una opción para que las Fuerzas Armadas dejen se apoyar en las tareas de seguridad pública", dijo el presidente electo.
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Los despliegues militares fueron aprobados en la controvertida Ley de Seguridad, recién promulgada, que es duramente objetada por los principales organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, de Naciones Unidas y el sistema interamericano.
Nueva estrategia de seguridad
López Obrador anunció que se crearán más de 200 coordinaciones territoriales entre las instituciones y las corporaciones policíacas, como nueva estrategia para la seguridad y el desarrollo social.
"Todos los días encabezaré la reunión de seguridad en Palacio Nacional, desde las seis de la mañana me reuniré con el secretario de Defensa, de Marina, el fiscal general, el secretario de Seguridad Pública, la secretaría de Gobernación, recibiremos el reporte de lo acontecido las últimas 24 horas y todos los días tomaremos decisiones", detalló López Obrador.
El futuro mandatario considera que el desarrollo social, oportunidades para la juventud, un mando único policial, un proyecto de amnistía o perdón a quienes no han cometido delitos de sangre o de lesa humanidad, y la despenalización de las drogas, son la base para contrarrestar la ola de violencia.
Más de 31.000 personas perdieron la vida el año pasado dejando al 2017 como el más violento en un siglo y que en una década dejó más de 35.000 personas desaparecidas.
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Esta fue la segunda reunión con jefes castrenses en el marco de la larga transición de cinco meses entre los comicios y la toma de posesión, luego de un encuentro con el secretario de Defensa, general Salvador Cienfuegos.