"En octubre de año pasado el Departamento de Asuntos Políticos de la Secretaría de la ONU emitió y divulgó en todo el sistema de las Naciones Unidas una directiva secreta que prohíbe a sus organismos participar en proyectos de reconstrucción en Siria", desveló Lavrov en una rueda de prensa tras reunirse con su par libanés Yebran Basil.
El canciller ruso agregó que pidió explicaciones al secretario general de la ONU, el portugués António Guterres.
El secretario general de la ONU prometió aclarar el origen de esas órdenes secretas del Departamento de Asuntos Políticos que hasta marzo de 2018 estaba encabezado por el estadounidense Jeffrey Feltman.
Actualmente esta dependencia clave de la ONU está al frente de la también estadounidense Rosemary DiCarlo.
Frente a este escándalo desatado, Lavrov criticó los propósitos de ciertos países de manipular la Secretaría de la ONU.
"Es inaceptable el intento de un grupo de países de manipular con fines geopolíticos las secretarías de organismos internacionales cuyos funcionarios deberían ser imparciales e independientes", puntualizó.
El jefe de la diplomacia rusa instó a los países occidentales a poner fin a sus propósitos de utilizar a las organizaciones internacionales con fines oscuros.
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Lavrov llamó a debatir con honestidad las discrepancias entre Rusia y otros países y resolver los problemas no "a espaldas" de los otros socios influenciando a los funcionarios de los organismos internacionales.
Barreras al retorno
El canciller ruso recordó que el Departamento de Estado de EEUU declaró recientemente que "era prematuro debatir la reconstrucción de Siria", al comentar una reunión del jefe de la diplomacia norteamericana, Mike Pompeo, con el enviado de la ONU, Staffan de Mistura.
Por otro lado, Lavrov cuestionó además las exigencias artificiales que se presentan para que los refugiados sirios vuelvan a su país.
"El proceso [de retorno] ya ha empezado y es contraproducente hacer exigencias artificiales que obstaculizan el regreso de los refugiados a sus hogares", enfatizó.
Rusia y el Líbano, recalcó Lavrov, coinciden en que ya están dadas las condiciones para el retorno de los desplazados.
Grandi pidió a los cinco millones de refugiados sirios que se encuentran en las naciones vecinas no volver a su país argumentando que es muy peligroso y que la ONU "no podía garantizar el retorno de tanta gente mientras continúe el conflicto".
"Este tipo de declaraciones niegan los avances reales que se produjeron en el terreno, pese a que la situación ya cambió en Siria, en primer término, en lo que se refiere a la seguridad", dijo Yebran Basil.
El Líbano acoge actualmente casi un millón de refugiados.
"El Líbano busca colaborar con ACNUR pero nunca aceptará una retórica que contribuya a mantener la presencia de refugiados en su territorio", insistió Basil.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las tropas gubernamentales se enfrentan a facciones armadas de la oposición y a grupos terroristas, lo que provocó la huida masiva de sirios a países vecinos y a la Unión Europea.
El 6 de diciembre de 2017 pasado el Estado Mayor General de Rusia anunció que todos los territorios controlados antes por los terroristas de ISIS (autodenominado Estado Islámico, prohibido en Rusia y otros países) en Siria fueron liberados.
Según comunicó la semana pasada el Ministerio de Defensa de Rusia, en los últimos dos años y medio hasta 300.000 sirios volvieron a su país, donde se van creando las condiciones necesarias para una vida pacífica.