Todo comenzó en la entrevista que el conocido jugador de Los Ángeles Lakers concedió a la cadena CNN. El periodista, Don Lemon, y James comenzaron a comentar esos mismos ataques, que salieron de boca del presidente cuando durante un partido de la Liga de Fútbol Americano de 2017 los jugadores afroamericanos se arrodillaron mientras sonaba el himno, en lugar de estar de pie en señal de respeto. El gesto fue en protesta contra la represión policial en Estados Unidos contra las minorías étnicas.
Fue entonces cuando Trump lanzó la bomba. El mandatario llamó "hijos de puta" a los jugadores que habían clavado la rodilla en el suelo. La liga debería despedirlos, dijo. No hizo falta que mencionase su condición porque, durante su discurso —cuya audiencia era mayoritariamente blanca— se refirió a los deportistas con el peyorativo 'esa gente' frente al 'gente como ustedes'.
"Trump está usando el deporte para, de alguna forma, dividirnos… El deporte nunca ha sido algo que divida a la gente. Siempre ha sido algo que nos ha acabado uniendo", fueron las palabras de James en la CNN. Trump disparaba desde Twitter.
"A LeBron James le acaba de entrevistar el tipo más estúpido de la televisión, Don Lemon. Ha hecho que LeBron parezca inteligente, lo cual no es nada fácil de conseguir".
Y he aquí que al día siguiente su esposa y primera dama, Melania Trump, salía en defensa del James. Y sin hacer referencia a su esposo, claro.
Se refería así a la escuela inclusiva financiada por el propio jugador de la NBA quien, dicho sea de paso, ha preferido ignorar el ataque de Trump y optar por publicar las fotografías de la inauguración de su centro educativo.