Internacional

Asad revela cuál era su sueño de niño

La familia presidencial de Siria recibió en su residencia a los familiares de los soldados rusos fallecidos en ese país en las misiones de combate contra los grupos radicales. Entre regalos mutuos y frases de solidaridad y apoyo, el mandatario compartió con ellos cuál era su sueño de niño.
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Las familias rusas llegaron a Siria el 23 de julio por invitación del presidente y su esposa, Asma Asad. Durante la visita, los familiares de los soldados rusos se encontraron con los familiares de los soldados sirios también caídos en combate. La primera dama, conocida en el país árabe por sus labores humanitarias, se unió a ellos para hacer juntos una ofrenda florar en la tumba de soldado desconocido en Damasco.

"Este es un monumento para cada soldado que se ha sacrificado. Este es un monumento para aquellos que derraman su sangre por esta tierra, aquellos que dieron sus almas para proteger las almas de otros", dijo Asma Asad durante la ceremonia.

Entre los invitados se encontraban la esposa y los tres hijos de Marat Ajmetshin, héroe de Rusia, instructor de artillería que falleció salvando a sus compañeros durante un ataque de ISIS (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países). La primera dama siria le regaló a la hija menor del héroe un pequeño gatito. 

Asma Asad habla con las esposas de los soldados rusos fallecidos

Más tarde, los invitados fueron recibidos por Bashar Asad en su residencia. Según reveló el coordinador de la Duma rusa —Cámara Baja del Parlamento ruso— para los contactos con el Parlamento sirio, Dmitri Sablin, durante el encuentro, el mandatario le preguntó al hijo de Ajmetshin por qué decidió alistarse a la Escuela Militar Suvórov, a lo que el joven respondió que decidió seguir los pasos de su fallecido padre.

Cuando el hijo de Oleg Peshkov, el héroe de Rusia, dijo que él quería ser piloto de aviación civil, el presidente sirio respondió:

"Cuando tenía tu edad yo pintaba todas las páginas de mis libretas con aviones".

La hija menor de Ajmetshin aprovechó la oportunidad para entregarle a Bashar Asad un retrato de la primera dama que ella misma había pintado.

Según reveló Dmitri Sablin, Bashar Asad no pudo resistir la emoción y abrazó a la niña. A la salida, los familiares rusos aprovecharon para regalarle al mandatario un samovar, tetera tradicional rusa para servir agua caliente.

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