"En un principio México podría fortalecer su posicionamiento en esta nueva relación triangular, es decir, fortalecer su capacidad de transformación de productos hechos en México o importados y transformados en este país para ser exportados a EEUU, la Unión Europea, Japón y hasta China, aunque todavía en forma limitada", estima el coordinador del Centro de Estudios China-México de la UNAM.
Las políticas de proteccionismo comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, llevaron a la reciente imposición recíproca de aranceles entre EEUU y China por 34.000 millones de dólares.
Dussel Peters, economista por la Universidad Libre de Berlín y doctorado por la Universidad de Notre Dame, EEUU, considera que los vínculos económicos bilaterales, en inversiones y comercio de materias primas y mercancías que cruzan el océano Pacífico han crecido de manera importante, de cara a esa confrontación comercial.
"La relación México-China ha crecido en ese ámbito, por cierto, muy significativamente más que en los ámbitos políticos o institucionales", afirmó.
Para México, China es el segundo socio comercial desde el año 2003 y representa alrededor del 10% del total de su intercambio comercial, indica el analista.
El resultado es que México también se ha consolidado como el segundo socio comercial de China en América Latina y el Caribe y se ha convertido en 2017 en un muy importante destino de la salida de inversiones chinas, indicó.
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Déficit comercial
Sin embargo, a pesar de esos avances también hay posibles dificultades, una de ellas es la balanza comercial del intercambio, que es deficitaria para el país latinoamericano.
"Reconociendo estos avances y éxitos importantes, también es relevante destacar problemas: en 2017 la relación importación y exportación del comercio de México con China fue de 11 a 1 y ha generado un importante déficit comercial para México", apunta el economista.
Aunque al mismo tiempo, explica, "más de 90% de las importaciones mexicanas provenientes de China son bienes intermedios y bienes de capital".
Las tratativas han sido impactadas por la imposición de aranceles a las importaciones estadounidenses de acero y aluminio desde Norteamérica y Europa y por las amenazas de tarifas a las importaciones automotrices, que afectarían a México y Canadá, países que ya acudieron ante la Organización Mundial de Comercio (OMC).
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El experto destaca las importaciones de productos chinos a México.
"En la actualidad, las principales importaciones de México provenientes de China se concentran en electrónica, autopartes y otras importaciones manufactureras", afirmó.
Esas importaciones desde el país asiático juegan un papel importante: "se han ido consolidando como importaciones significativas para el aparato productivo mexicano, tanto para sus transformación y uso en México como para su transformación y exportación a terceros países".
"En la actualidad, México importa la mayor parte de sus productos directamente y no vía EEUU; en un principio no se visualiza un encarecimiento generalizado de las importaciones chinas ante los aranceles de EEUU a las importaciones provenientes de China", añadió.
Comercio y transición política
Si bien China no quiere una guerra comercial con EEUU también es cierto que se mantiene preparado para responder.
Por su parte, México quiere evitar la extensión de las controversias entre EEUU y China a su comercio internacional.
"Por el momento México no ha considerado afectar las importaciones chinas, como sí lo ha hecho la administración Trump, aunque es cierto que algunos productos chinos son exportados primero a EEUU y desde allí a México, el tema no se ha analizado por el momento", indicó Dussel Peters.
En el marco de del nuevo Gobierno del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, los inversionistas y analistas financieros se preguntan sobre las posiciones arraigadas en la izquierda nacionalista en la futura renegociación del TLCAN, pacto que el presidente electo quiere mantener.
"Me parece que existe una enorme oportunidad para relanzar estratégica y políticamente la relación entre México y China", aseguró.
En la estrategia del nuevo Gobierno "no se trata de un tema legal entre la OMC y el TLCAN, sino que de una nueva intención, diferente a las administraciones anteriores en México", apunta Dussel Peters, aludiendo a las políticas de apertura comercial que se remontan a la firma del tratado vigente hace casi 25 años.
López Obrador podría "dedicarle tiempo a estrategias, políticas e instrumentos específicos para ampliar y profundizar la relación económica de México y China, reconociendo las dificultades y limitaciones", agregó.
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Esos asuntos serán prioritarios en la agenda del próximo presidente mexicano, que asumirá el próximo 1 de diciembre.