El M-160 fue adoptado por el Ejército soviético en 1949 y al año siguiente hizo lo mismo con el M-240. A pesar de su edad, esta arma supera a algunos modelos extranjeros modernos. Es más, según Dmitri Lemeshko, de la agencia rusa Vestnik Mordovii, se trata de los morteros más poderosos del mundo.
Así, un M-160 puede lanzar una mina de 41 kg a una distancia de 8 km. El M-240 tiene establecido todo un récord: puede usar municiones con una masa de 130 y 228 kg a una distancia de poco menos de 10 km. Además, se puede usar una mina reactiva, su alcance es de 20 km.
"Una opción aún más efectiva es crear una muestra con posibilidades de movimiento independiente. Como se hizo con los cañones autopropulsados soviéticos, cuyo último fue el 2A45M Sprut-B. Como resultado, tendremos armas de mayor movilidad que pueden proporcionar un apoyo efectivo a las tropas durante las hostilidades en condiciones especiales", escribió Lemeshko.