Según los representantes de la Armada estadounidense, en febrero de este año el Michael Monsoor pasó con éxito sus pruebas en el mar, pero al inspeccionar el buque después de los ensayos se detectó un daño de las turbinas.
Más precisamente, simplemente no existía un sistema de rieles para sacar y colocar el motor dentro del buque, y a partir de febrero los ingenieros navales estuvieron diseñándolo.
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Ningún otro motor de este tipo demostró un fallo parecido, destacaron en la Armada, así que por el momento se descarta que se trate de algún problema común.
No es el primer fallo del Michael Monsoor, que sufrió una avería del sistema eléctrico en diciembre de 2017, ni del buque insignia de la clase, el Zumwalt, que experimentó problemas con el sistema de propulsión a finales de 2016.
Los destructores de clase Zumwalt generan polémica en los círculos analíticos de EEUU por tener un precio exorbitante, que ya llevó a que la entera familia de los sofisticados buques se limitara con solo tres unidades en vez de las 28 naves planeadas inicialmente.
Además, muchas de las tecnologías avanzadas previstas para los Zumwalt, como las municiones de artillería guiadas o la instalación de los cañones de riel, resultaron descartadas por poca viabilidad y alto precio.
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