"Si bien el presidente de Estados Unidos (Donald Trump) ha suscrito una orden ejecutiva que suspende casi que de forma inmediata y temporal la separación de los niños, la política de tolerancia cero en materia de migración, que es la que justifica ese proceso, se mantiene; eso no es aceptable", dijo Devoe, abogado y defensor de derechos humanos.
De hecho, la administración de Trump ordenó procesar penalmente en la justicia federal a todos los adultos que intentaran ingresar de forma irregular por la frontera, sin importar si estaban solos o con sus hijos.
Al ser procesados criminalmente por la justicia federal, los adultos no pueden permanecer con los niños, pues la ley prohíbe mantener a un menor de edad más de 72 horas bajo custodia por ingresar de manera irregular al país.
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Así, cientos de niños fueron colocados en galpones, divididos por alambradas similares a jaulas.
La orden de someter a proceso criminal a los inmigrantes irregulares la dictó el presidente George W. Bush (2001-2009) para frenar el flujo de migrantes en algunos estados fronterizos.
Tortura
Organizaciones como Amnistía Internacional han señalado que la separación de niños de sus padres no es otra cosa que una tortura.
"El gran sufrimiento mental que las autoridades han infligido deliberadamente a esas familias para coaccionarlas implica que esos actos se corresponden con las definiciones de tortura tanto de la legislación estadounidense como del derecho internacional", afirmó Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.
"Esa decisión o esa medida de la separación de los niños y niñas de sus padres en la frontera sur de la Estados Unidos, que no es solo la separación, sino la detención en condiciones dramáticas, constituye una muestra más de desprecio que tiene el Gobierno de los Estados Unidos por los derechos humanos", añadió.
Eso se refuerza con la decisión de las autoridades estadounidenses de retirarse del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, anunciada esta semana.
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En medio del repudio internacional que generó la separación de familias migrantes, Trump firmó una nueva orden en la que la revertía.
Niños expuestos
Sin embargo, si los niños se mantienen en centros de detención, igual se estarían violando sus derechos, advirtió Devoe.
"Con esta orden en principio pareciera que los niños no van a ser separados de sus padres, continuarán privando de libertad o deteniendo a la familia completa, lo cual constituye una violación a los derechos de los niños", explicó.
En tal sentido recordó que Estados Unidos es uno de los pocos países del mundo que no ha ratificado la convención internacional de los derechos del niño.
"Existen pronunciamientos de relatores de Naciones Unidos donde han denunciado detenciones muy graves de menos de edad", agregó.
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Por otra parte, en al menos 15 estados de EEUU los niños y niñas pueden ser juzgados como adultos, y en algunos de ellos, pueden ser condenados a cadena perpetua, aseguró.
"Esto evidencia que en Estados Unidos hay una situación estructural de menosprecio, de violación a los derechos humanos", expresó.
Para Devoe se requiere que la comunidad internacional exprese un repudio colectivo mucho más contundente a tales medidas.