En un comunicado, Zeid indicó que el nuevo paquete de medidas, denominado Stop Soros, es "un atentado contra los derechos humanos fundamentales y las libertades en Hungría".
"La continua incitación al odio que realiza el Gobierno actual para sus propios beneficios políticos se desencadenó en este reciente acontecimiento vergonzoso, que es descaradamente xenófobo y contradice las normas y los valores de los derechos humanos europeos e internacionales", dijo.
"Es una verdadera vergüenza atacar a los que trabajan con los más vulnerables solo porque son extranjeros", subrayó.
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La oficina de la ONU recordó que la nueva legislación permite a las autoridades detener, acusar y expulsar de la frontera que linda con países que no pertenecen al espacio Schengen a los abogados, asesores, voluntarios o miembros de la familia que residen en el país legalmente, si son sospechosos de ayudar a una persona a presentar una solicitud de asilo, obtener un permiso de residencia o de proporcionar otra asistencia legal o humanitaria.
"Las autoridades húngaras también anunciaron esta semana que introducirían un impuesto del 25% sobre la financiación de las ONG que apoyan la migración", concluye la nota.
Tras la victoria en las parlamentarias húngaras de abril pasado, el partido gobernante Fidesz declaró que las leyes Stop Soros serían una de las primeras iniciativas de las que se encargaría el Parlamento.
Según informó el 18 de junio la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO, por sus siglas en inglés), más de 728.000 personas pidieron el estatus de refugiado en 2017 en la UE y en países asociados como Noruega y Suiza, lo que es una disminución de 44% en comparación con 2016.