"El objetivo es mejorar las condiciones y dar facilidades a este grupo de extranjeros durante su paso por las distintas provincias del país, especialmente en la ciudad de Quito", indicó el viceministro de Movilidad Humana, Santiago Chávez, en declaraciones recogidas por la cancillería en un comunicado.
Entre ellas, se prevé fortalecer los puntos de atención en las terminales terrestres a nivel nacional, como en la terminal de Carcelén, ubicada en el norte de Quito, sitio al que llegan la mayoría de venezolanos que abandonan su país con la intención de asentarse en Ecuador o transitar a otros destinos como Perú o Chile.
En este lugar, por ejemplo, se tiene pensado proporcionar atención primaria de salud, información, kits de apoyo, acceso a servicios básicos, a las comunicaciones y asistencia alimentaria, así como "organizar la ayuda que viene brindando la sociedad civil".
Asimismo, se facilitará su traslado directo hacia la terminal de Quitumbe, en el sur de la capital, "para que puedan continuar su trayecto a los países de Sudamérica que hayan escogido como destino final".
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Las instituciones delegarán a su personal para que colaboren en los puntos de atención a fin de optimizar el trabajo con los ciudadanos venezolanos.
Las entidades que participan, además de cancillería, son los ministerios de Inclusión Económica y Social y de Salud, la Secretaría de Gestión de Riesgos, el Consejo Provincial de Pichincha, el Consejo para la Igualdad de Movilidad Humana, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la Organización Internacional de Migraciones, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el Programa Mundial de Alimentos, la Misión Jesuita HIAS Ecuador y el Municipio de Quito.
Según datos del Ministerio del Interior, entre enero de 2017 y enero de 2018 ingresaron 350.490 ciudadanos venezolanos, sin embargo, 279.517 abandonaron el país, es decir, 80% de ellos usaron a Ecuador como un país de tránsito.