"Se escuchan constantemente los disparos y bombardeos aéreos; los hospitales no pueden funcionar con normalidad, no hay electricidad; decenas de miles de personas podrían abandonar la ciudad en los próximos días", dice un comunicado del CICR.
El 13 de junio, la coalición árabe liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes lanzó una operación para expulsar a los rebeldes yemeníes del movimiento chií Ansar Alá (hutíes) de Al Hudaida, un puerto estratégico en la costa del mar Rojo.
La coordinadora humanitaria de la ONU para Yemen, Lise Grande, había advertido que el asalto a Al Hudaida causaría hasta 250.000 muertos.
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Además de encontrarse en una de las zonas más densamente pobladas de Yemen, Al Hudaida es el punto de entrada más importante para alimentos y otros suministros vitales para evitar el hambre y los nuevos brotes de cólera.
Yemen vive desde 2014 un conflicto armado entre los partidarios del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y los rebeldes hutíes del movimiento Ansar Alá.
En marzo de 2015, intervino en el conflicto del lado del gobierno legítimo una coalición encabezada por Arabia Saudí e integrada mayormente por países del golfo Pérsico.
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