"Vemos en esta disposición del Santo Padre la oportunidad de que en nuestro país tengamos una nueva Iglesia Católica, una Iglesia que se reencuentra, que vuelven sus feligreses a confiar en sus sacerdotes", dijo la ministra vocera de Gobierno, Cecilia Pérez, en conferencia de prensa.
El papa Francisco determinó que los obispos chilenos Juan Barros, Cristián Caro y Gonzalo Duarte debían dejar sus cargos jerárquicos en la Iglesia chilena en el marco de las investigaciones por abuso sexual.
"Esperamos que las señales que el Santo Padre ha dado a la Iglesia Católica de nuestro país sean recogidas no solamente por la jerarquía, sino por todos los sacerdotes, para que vuelva finalmente la creencia en la iglesia", dijo.
Pérez señaló que las investigaciones de abusos en la Iglesia son "una situación lamentable, porque no solamente han existido sacerdotes involucrados, sino que la jerarquía no tomó las acciones que correspondían para poder terminar con esta comisión de delitos", indicó.
En mayo de este año, los 34 obispos chilenos viajaron al Vaticano para reunirse con el líder de la Iglesia Católica, instancia en que todos pusieron sus cargos a su disposición en el marco de la investigación de abusos sexuales.
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Paralelamente, el Vaticano enviará a Chile a los monseñores Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, dos obispos investigadores que trabajarán para seguir indagando los casos de abuso.