"No renunciaremos a nada para conseguir la independencia, pero estamos dispuestos a hablar de todo", afirma.
"Si podemos hacerlo con el Estado, y ése es el objetivo con el que vamos a las negociaciones, fantástico", matiza al agregar que "todo lo ocurrido es por no haber querido pactar un referéndum".
El presidente catalán declara que trabajará "con la voluntad de que mi país sea independiente".
"Ése es mi objetivo: más que de plazos o desobediencias, yo hablo de oportunidades, de crear momentos", aclara.
Torra explica que su Gobierno está "por descontado abierto a cualquier mediación internacional".
Torra cree que "a medida que vayamos avanzando (…) el foco de la comunidad internacional se pondrá más sobre el Estado" ya que en Europa "nadie entiende" que haya políticos catalanes que se encuentren en prisión o se hayan trasladado al extranjero con el fin de eludir la Justicia española.
"Habiendo pasado por el sacrificio de la prisión, por el sacrificio del exilio… el ciudadano medio europeo no entiende esto de ningún modo, y eso, estamos seguros, llegará a los jefes de Gobierno", reitera al añadir que "encontraremos la brecha".
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Asimismo, el presidente de la Generalitat Quim Torra, mantiene que su Ejecutivo reabrirá las delegaciones del Gobierno en el extranjero, popularmente conocidas como "embajadas".
Según precisa Torra, la Generalitat comenzará con el "nombramiento de un nuevo delegado o delegada en Bruselas, una figura muy importante teniendo en cuenta que el Consejo de la República se encontrará cerca de Bruselas".
Respecto a este último, explica que "el Consejo de la República será una entidad que no dependerá de la financiación de la Generalitat" y qe "entre sus funciones" tendrá "la internacionalización del caso catalán".
"No tenemos a nadie mejor que al presidente [Carles] Puigdemont para poner de manifiesto la causa catalana con toda su potencia", añade.
"Nosotros habíamos planeado una legislatura que iba de la restitución (del anterior Ejecutivo) a la Constitución, a la redacción de un proyecto de Constitución catalana que ha de refrendarse", aclara al agregar que éste se realizaría en "el marco de una legislatura larga de cuatro años" y que "a nadie se le escapan las dificultades de todo tipo que tendremos, incluyendo una cierta debilidad parlamentaria".
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También, continúa, existe el "riesgo" de "caer en la retórica y en simbolismos".
"El día más feliz de mi presidencia será el día en que podamos votar al presidente Puigdemont como presidente legítimo y legal, por eso es muy importante todo el itinerario que hemos seguido: hemos estado confrontado al Estado español contra sí mismo", manifiesta.