No se trata de un informe cualquiera. Elaborarlo ha costado tres años y se hizo a petición del propio Gobierno de Camboya. La ONG colabora también con toda una serie de ministerios y de oficinas gubernamentales en Vietnam, en Laos y en Tailandia. También con las organizaciones chinas Yellow River Conservacy Commission, Yellow River Institute of Hydraulic Research y China Three Gorges Power.
El uso de los recursos hídricos del Mekong es un problema tan complejo como delicado, señala a Sputnik un experto del Instituto del Extremo Oriente, Grígori Lokshin.
"Las empresas chinas están construyendo toda una serie de presas y centrales eléctricas en Laos. Y eso que ya le compra toda la energía eléctrica a Tailandia y se construyen todas esas presas, sobre todo, con dinero tailandés. Pero ya se ha demostrado que construir estos diques en la corriente superior del río es una amenaza para los Estados que se encuentran más abajo", explica a Sputnik.
Esos países más abajo no son otros que Camboya y Vietnam, que denuncian que la construcción de Sambor Dam se está llevando a cabo sin tener en cuenta los impactos ambientales. Unos impactos ambientales con consecuencias catastróficas para parte de la población de estos países, que viven del río.
Lokshin afirma que el informe de la organización estadounidense no gubernamental es un motivo más para replantearse si vale la pena levantar la central teniendo en cuenta las consecuencias ecológicas.
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En el proyecto participan varias empresas constructoras chinas. Shen Shishun, experto del Centro para el Estudio del Pacífico Sur del Instituto Chino de Relaciones Internacionales niega que el informe goce de legitimidad para dar consejos "desde fuera" sobre cómo deben cooperar los países del Mekong y le echa las culpas a Estados Unidos.
"China ha celebrado consultas para hablar sobre el uso de los recursos hídricos con Myanmar, Laos, Tailandia, Camboya y Vietnam como parte del mecanismo de cooperación económica en la cuenta del Mekong, por lo que las intenciones de algunos Estados no regionales están claras. Especialmente las de EEUU, a quien no le gusta que China y los países del Mekong utilicen eficientemente los recursos hídricos", se muestra convencido Shishun.
Señala, también, que el Gobierno de Xi Jinping tiene sus propias estimaciones sobre el impacto de la central hidráulica en la cuenca y que ya de por sí se cuida de dañar el medioambiente cuando proyecta planes de esta envergadura. "Tiene en cuenta, por supuesto, la situación en los países situados en la parte baja del río y coopera activamente para proteger la ecología del Mekong", asegura a Sputnik.
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El mecanismo de cooperación en la cuenca del río Mekong lo forman China, Camboya, Tailandia, Laos, Myanmar y Vietnam, y nació en marzo de 2016. Gracias a la cooperación entre estos países se implementan varios programas. Uno de ellos —iniciativa de China— es, en realidad, un fondo especial de cooperación. Durante 5 años, el fondo aportará recursos para financiar proyectos de cooperación medianos y pequeños propuestos a estos seis países. El fondo cuenta con 300 millones de dólares.