En sus Perspectivas Económicas Regionales para América Latina y El Caribe, el Fondo señala que la mejora de Ecuador se sostiene "en el rebote parcial de los precios del petróleo, las favorables condiciones financieras externas y el continuado gasto del sector público".
Esto produce, por ejemplo, que las condiciones para acceder a crédito se vuelvan más estrictas y que una caída de los precios del petróleo o una apreciación del dólar estadounidense afecten las estructuras económicas del país.
"La incertidumbre política interna puede también frenar el crecimiento", apunta el FMI y enfatiza en la necesidad de que Ecuador cuente con "una clara y equilibrada reforma fiscal bien comunicada" que "podría ayudar a reforzar la confianza del mercado, tener menores costos de financiamiento e impulsar el crecimiento".
El organismo prevé también que para 2019 la economía ecuatoriana crezca en 2,2%, menos que el promedio de la región, que se ubica en 2,8%, aupada por el potencial desarrollo de Panamá (5,8%), Nicaragua (4,5%), Paraguay (4,1%) y Perú (4%).
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En 2017, el Producto Interno Bruto de Ecuador creció 3%.