El anuncio del presidente Mauricio Macri de volver a depender del financiamiento del organismo multilateral para evitar una crisis económica, trajo consigo una serie de conjeturas favorables y contrarias a la decisión.
Sin embargo, el analista advirtió que el préstamo del organismo internacional estará acompañado de un "equipaje adicional". El FMI "va a presionar para que Argentina retome el camino que había anunciado el 30 de octubre de 2017. Los recortes al gasto público, la reforma laboral, la ley de mercado de capitales y los aumentos tarifas", afirmó.
Según Burdman, este "equipaje adicional" se convertiría "en garrote disciplinador de la política en el Congreso y las provincias", y es en ese punto en el que el presidente debe jugar un rol fundamental.
"Macri va a tener que convencer a la comunidad política y a la opinión pública de que tiene el control de la situación, que no vino el FMI a tomar por asalto su Gobierno sino que él está recurriendo al FMI para encontrar una fuente adicional de financiamiento en un contexto fiscal que no es fácil. Hoy la clave es el comportamiento y el desempeño del presidente en un contexto complejo", aseveró.
Si ese liderazgo político no es ejercido correctamente, el Gobierno argentino corre el riesgo de un vaciamiento político. Esto sucede cuando los políticos dejan la gestión de una crisis en manos de los técnicos. Para evitar este vaciamiento, es importante que sea visible que las decisiones son tomadas por políticos.
En el caso actual de Argentina, "Macri debe dejar claro ante el público que el FMI no va a imponer un programa económico sino que el programa económico es del presidente. De lo contrario, la capacidad de implementación de un gobierno se va reduciendo hasta que pierde toda capacidad de gobernar", explicó el analista.
En este aspecto, Burdman destacó que el presidente cuenta con los recursos políticos necesarios para hacer frente a la situación ya que, a pesar de perder popularidad, mantiene el apoyo de su núcleo duro de votantes. "En un contexto de crisis, las herramientas de un presidente son tres: discursos elocuentes, el favor de la opinión pública y decisiones unitarias e inapelables", remarcó.
La vuelta del FMI a Argentina
Implícito en las reacciones contrarias a la decisión de volver al FMI, se encuentra la connotación negativa que tiene este organismo. "En el pasado la intervención del Fondo no fue muy bien vista por la población", como en los estallidos de diciembre de 2001, cuando la crisis económica forzó la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, explicó Burdman.
El país dejó de depender del organismo internacional en 2006, cuando el Gobierno de Néstor Kirchner canceló la totalidad de la deuda con el Fondo.
"La idea de que Argentina acuda al FMI porque está en problemas puede resultar bastante perturbadora para un país que tiene vulnerabilidad y que tiene necesidad de mantener la confianza de parte de los argentinos para evitar que la crisis tenga otras repercusiones internas", afirmó el analista.
En tanto, para el FMI volver a ser prestamista de Argentina es una buena oportunidad para reivindicar su importancia en el sistema financiero internacional. Según explicó Burdman, el organismo internacional sufre una crisis de reputación desde comienzos del siglo XXI, pocos países tienen programas importantes activos y es objeto de grandes cuestionamientos desde la crisis europea. Por esto, el pedido de Macri le es sumamente útil para intervenir en un país y resolver su crisis.
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"El FMI no está en su mejor momento político así que va a tratar de salir airoso de esta situación para verse reivindicado como un organismo que está para resolver crisis financieras de los países miembros", remarcó el analista.