En tiempos de activismo digital y acceso a información de todo tipo, los consumidores ya no solo eligen el producto por su calidad.
Para el experto en economía circular aplicada Gonzalo Muñoz, las empresas se preocupan cada vez más por mejorar sus procesos para ser fuente de solución de problemas y no de creación de los mismos.
En su calidad de director ejecutivo de TriCiclos, primera empresa B de América Latina, Muñoz ha observado el cambio en primera persona.
"Si analizas el crecimiento y el desarrollo, a mayor ingreso per cápita las personas y los países tienen un índice cada vez mayor de basura per cápita. (…) Entonces lo que nosotros decimos es que hay que resolver el problema de la basura de forma tal de generar modelos de crecimiento y de desarrollo que no tengan aparejado un impacto ambiental que ya es insostenible", explicó.
Con ese fin trabaja la chilena TriCiclos, asesorando a empresas en sus procesos de fabricación y a gobiernos en sus políticas públicas en torno a la gestión de residuos.
"Nosotros decimos y es nuestra razón de ser, que la basura es un error de diseño. Hay que mejorar el diseño de los productos, los materiales que estamos usando para que dejen de ser lineales para ser circulares, mejorar los modelos de negocios, que es lo que los ciudadanos consumimos", apuntó Muñoz.
Al igual que los consumidores y empresarios los gobiernos tienen un rol determinante en el triunfo de estas nuevas prácticas.
"Cuando nos paramos en países como Chile, Uruguay o Brasil se hace necesario generar primero la infraestructura donde los ciudadanos puedan tener al alcance de la mano el poder de descartar responsablemente, sustentablemente los residuos que sean reciclables".
Esto permite que los recicladores dignifiquen sus condiciones de empleo y presten un mejor servicio, y que los consumidores "puedan reconocer qué materiales son reciclables para demandar el mejor material con que está empacado el producto que están consumiendo".