La contienda geopolítica global contemporánea tiene tres grandes diferencias con la época de la primera Guerra Fría, disecciona Karagánov, también catedrático de la prestigiosa Escuela Superior de Economía de Moscú.
"Primero, es más aguda y peligrosa. Segundo, es más bien 'unilateral' y está llevada casi exclusivamente por EEUU y ciertos países occidentales. Tercero, carece de una rivalidad ideológica, o sea, de una rivalidad ideológica externa", explicó el científico a la revista rusa Profil.
Las diferencias clave
En cuanto a la cuestión ideológica, es aún más interesante porque hoy en día no hay nada parecido a la rivalidad entre liberalismo y comunismo, pero las naciones occidentales sí viven un conflicto de ideologías dentro de sus propios países.
Tema relacionado: Mentiras, ignorancia, hipocresía e histeria: los pilares de la sociedad bajo el dominio anglosajón
"Las élites en EEUU y Europa buscan restablecer su control sobre los procesos políticos internos. Su población, frustrada por la caída del nivel de vida durante varios años, va perdiendo la confianza en el futuro y está llevando su frustración a las redes sociales, sin acudir a los medios tradicionales controlados por las élites", opina Karagánov.
En ausencia de razones ideológicas para un conflicto, surgió de nuevo el motivo 'clásico', que es el dominio geopolítico.
En los siglos anteriores, las naciones occidentales sometieron a casi todo el mundo bajo su influencia mediante la fuerza militar, pero en el siglo XX, con la aparición de la URSS, apareció también todo un bloque opuesto a Occidente.
Las armas nucleares soviéticas dieron un gran golpe a la supremacía militar occidental, y durante la guerra en Vietnam "quedó claro que EEUU ya podía sufrir una derrota".
Sin esta supremacía, las naciones occidentales deberán disminuir sus ambiciones, algo que generaría pérdidas tanto para sus élites como para su población.
"Tras caer la URSS, Occidente recuperó la supremacía ideológica y militar total. Se apoderó de los flujos de riqueza mundiales y empezó a expandir sus instituciones políticas, culturales y otras por todo el mundo".
Escucha: "Desde 1999, primero Kosovo, luego Afganistán, Irak, Libia y ahora Siria"
Para 2007-2008, Rusia se recuperó lo suficiente como para alzar su voz de nuevo.
El proceso ha retomado su ritmo: "los 'socios occidentales' observan el desvanecimiento de su influencia global, y están dispuestos a luchar sin cuartel para mantenerla".
"La UE va perdiendo su influencia no solo por los errores de sus líderes, sino por el debilitamiento de sus posiciones militares", precisó Karagánov.
La histeria antirrusa se desató en Europa ya en 2013, "antes del asunto de Crimea", recuerda, y las sanciones actuales buscan sobre todo fortalecer la unidad de la UE.
Quién va a ganar
Para el profesor, la posición actual de Rusia en la contienda geopolítica es mucho mejor que la de la URSS.
En la primera Guerra Fría, la URSS gastó enormes recursos en ayuda a 'los países hermanos', estaba enfrentando a la OTAN y China a la vez mientras la mitad del planeta estaba bajo influencia norteamericana.
No te lo pierda: EEUU, China, Rusia y la trampa de Tucídides
Lo alarmante es que, según el investigador, "una fase caliente del conflicto es muy probable":
"Occidente nos odia, y los rusos lo despreciamos con asco. Las dos partes se van demonizando la una a la otra, aunque Occidente lo hace de una manera más descarada. Casi no hay líneas de comunicación ni 'reglas de conducta'".
Además, las armas contemporáneas son capaces de "borrar el límite" entre una guerra táctica y una estratégica, así que "el riesgo de un conflicto" está en aumento.
"Ha sido una jugada puramente política y muy bien calculada. Washington quería demostrar que todavía tiene fuerza y no se rinde por los fracasos. Pero la esencia es la misma: EEUU está sufriendo una derrota estratégica", dice Karagánov.
Relaciones ruso-chinas
China "entiende bien" que después de Rusia, serán ellos el objetivo de la presión occidental. Washington ya trató de persuadir a Moscú de rechazar la cooperación con Pekín a cambio de buenas relaciones con Occidente, y viceversa, pero fracasó.
"Saben que Rusia y China juntos son más fuertes que EEUU a solas", valoró Karagánov en conclusión.